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Reportaje:EXCURSIONES - UMBRALEJO Y EL ALTO SORBE

Doctorado en soledades

Como España va bien, el turismo rural, que era una opción de pocos para gozar del agro inalterado, está degenerando en un fenómeno de masas que sólo disfrutan del campo en la medida en que se ajusta a sus necesidades, que abarcan desde chozas aisladas con Climalit hasta jarretes de ternera asados con puré de trufas. Así vemos pueblos guadalajareños como Majaelrayo o Valverde de los Arroyos llenarse de bares, hostales y pulcros chalés de pizarra que tienen tanto que ver con la primitiva arquitectura negra serrana como el Guggenheim con un caserío vasco. Nada de todo esto sucederá nunca en Umbralejo.Umbralejo fue abandonado en 1971. El aislamiento brutal, la falta total de servicios y una calamitosa política medioambiental que sacrificó la ganadería para plantar pinos fueron las causas de una tragedia ya irremediable. Pero a diferencia de otros pueblos de la sierra de Ayllón, que se tragó la tierra, Umbralejo fue elegido en 1984, junto con Búbal (Huesca) y Granadilla (Cáceres), para un programa de recuperación de aldeas abandonadas con fines educativos. Sus casas restauradas hoy son los dormitorios, los talleres y las aulas donde los escolares aprenden la auténtica vida del campo.

Aunque el horario de visitas es algo rácano -un par de horas por la mañana y otras dos por la tarde-, basta un minuto para sentir el hechizo de la arquitectura negra: muros de tosca mampostería y tejados de pizarras grandes como lápidas. Allí se ven las ancianas casas transformadas en talleres de apicultura, barro, carpintería...; el viejo colegio -"terminóse esta escuela el año 1925 siendo alcalde don Eusebio Casas", reza una inscripción- y los fresnos seculares, como ese gigante que asombra la antigua bolera. No hay bares, ni concesiones a la buena vida.

Complemento perfecto de esta melancólica visita es el paseo por el cercano río Sorbe. Pocos cursos más salvajes se hallarán en todo el Sistema Central: un barranco angosto aprisiona a este loco furioso que corre espumarrajeando entre dos columnas de sauces, flanqueadas a su vez por masas casi impenetrables de encinas. Para admirarlo, deberemos bajar en coche desde Umbralejo por la maltrecha carreterilla que lleva hacia Valverde de los Arroyos y, 200 metros antes de cruzar el puente, echarnos a andar a mano derecha por una pista de tierra que remonta el río a una prudente distancia de sus aguas rugidoras.

Bonitos miraderos, praderas ribereñas asaz tentadoras y un tramo del camino completamente anegado no nos impedirán alcanzar en sólo 20 minutos las ruinas de un molino harinero. Dentro se conserva parte de la maquinaria, los álabes, las aventadoras... si bien medio techo se ha desplomado no hace mucho y el otro medio no invita a curiosear más de la cuenta. Una senda que corre un poco por encima del caz del molino permite continuar aguas arriba hasta llegar, cumplida una hora, al puente de La Huerce, ya inservible, perdido como tantos otros puentes y caminos y molinos de una comarca asolada por el éxodo rural. Imposible seguir río arriba.

Para alargar algo más la excursión, cabe tomar la pista que sube desde este puente hacia la derecha, y así arribar en otro cuarto de hora a la tainas del Llano. El regreso, por el mismo camino, nos permitirá admirar de nuevo los rápidos de aguas químicamente puras, habitación de truchas y de nutrias, y los escarpes donde las heces de los buitres fingen blancas colgaduras y donde, desde los primeros albores de abril, resuena el grito largo y agudo del halcón que proclama su dominio sobre estas soledades que nadie, ni bruto ni varón, le disputa.

Aldea con horario de visitas

- Dónde. Umbralejo dista 130 kilómetros de Madrid yendo por la carretera N-II hasta Guadalajara y de allí por la CM-101 hasta Humanes, para seguir por Tamajón y Valverde de los Arroyos. Otra opción es ir por la carretera de Burgos (N-I), desviarse en el kilómetro 50 hacia Torrelaguna y continuar por Patones de Abajo, Uceda, El Cubillo de Uceda, Puebla de Beleña, Tamajón y Valverde de los Arroyos. - Cuándo. El paseo por el río hasta las tainas del Llano es de dos horas y media de duración -ida y vuelta, sin contar paradas-, con un desnivel acumulado de sólo 140 metros y una dificultad baja. Puede hacerse antes o después de visitar Umbralejo, cuyos horarios son: laborables, de 18 a 20 horas; sábados, domingos y festivos, de 12 a 14 y de 18 a 20. Más información en el número de teléfono 949307136.

- Quién. Manuel Rincón describe una variante más larga de esta excursión, llegando hasta el pueblo de La Huerce, en la guía Andar por el macizo de Ayllón (editorial La Tienda): véase itinerario 26.

- Y qué más. Cartografía: hojas 20-18 (Tamajón) y 21-18 (Hiendelaencina) del Servicio Geográfico del Ejército o equivalentes (459 y 460) del Instituto Geográfico Nacional; mapa Sierras de Ayllón y Ocejón, de La Tienda Verde (calle de Maudes, 23 y 38; teléfono: 915343257).

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