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La Guardia Civil se incautó en 1999 de un tercio de toda la droga requisada en la UE

Jorge A. Rodríguez

España se ha consolidado como la puerta de entrada hacia Europa del hachís marroquí, la cocaína colombiana y el tabaco americano de contrabando. Y también se ha confirmado como el país de la Unión Europea en el que más droga se decomisa. Sólo la Guardia Civil se incautó en 1999 de casi 300 toneladas de hachís y cuatro de cocaína, lo que supone un tercio de toda la droga que se requisa anualmente en la UE. Mucha de ella se queda en España, donde la Guardia Civil denunció el año pasado a más de 50.000 personas por consumo público de estupefacientes.

El Servicio Fiscal de la Guardia Civil presentó ayer su balance de 1999, que demuestra que el tráfico de drogas sigue en alza. Varios datos lo constatan: de las 134 toneladas de hachís, por ejemplo, que se incautaron en 1996 se ha pasado a las 292,3 del año pasado. Y el total de chocolate requisado en los últimos cuatro años suma 875 toneladas. "Salvo algunas ramas de marihuana que llegan de Líbano o Colombia, el 95% del hachís procede de Marruecos", según el teniente coronel del Servicio Fiscal, Cristóbal Sandandreu.Estas enormes cantidades son movidas por redes de narcotraficantes "cada vez más potentes, más flexibles y adaptables, capaces de disolverse y reagruparse cuando lo necesitan o de traficar con distintos tipos de estupefacientes", explicó Sandandreu. Por ello, además de agudizar el ingenio, la Guardia Civil ha tenido que combinar los golpes a las redes de traficantes con operaciones contra su corazón financiero.

El músculo de esta economía ilegal sufrió un infarto con la llamada operación Solarium 120, desarrollada en Melilla. Las pesquisas permitieron localizar una especie de banca clandestina para los dineros procedentes de las compraventas de hachís a través de la que luego se blanqueaban los beneficios que genera el cánnabis del Rif. La operación culminó con 73 detenidos, la incautación de diez toneladas de hachís y un cálculo: la banca negra blanqueó, mientras duró, medio billón de pesetas.

El aumento en las cantidades decomisadas también ha sido espectacular en el caso de la heroína, droga que llega a España para quedarse, ya que aquí un chute o inyección de caballo (de una micra o décima parte de un gramo) cuesta, con la droga ya mezclada, entre 700 y 1.000 pesetas. El año pasado se requisaron 207 kilos de heroína frente a los 92 de 1998.

Sólo descendieron las requisas de cocaína, de las que cayeron en manos de la Guardia Civil cuatro toneladas, una menos que en 1998. "Siempre que hay una operación contra el tráfico de cocaína hay un ciudadano colombiano y otro gallego", según Sandandreu.

Todas estas operaciones permitieron la detención de 6.662 personas, lo que confirma a los narcos como la principal clientela carcelaria.

La Guardia Civil también ha pisado el acelerador contra el consumo público de drogas. En 1999 denunció a 50.000 personas por este motivo, en aplicación de la Ley de Seguridad Ciudadana o ley Corcuera. "El consumo público de drogas se ha incrementado año tras año en un porcentaje siempre próximo o incluso superior al 20%", refleja la memoria. De hecho, un 1,1% de los españoles confiesa que fuma hachís a diario, según el Plan Nacional de Drogas. Esta demanda propicia "la existencia constante" de narcoredes "atraídas por el caudal de beneficios" que genera la droga.

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Sobre la firma

Jorge A. Rodríguez
Redactor jefe digital en España y profesor de la Escuela de Periodismo UAM-EL PAÍS. Debutó en el Diario Sur de Málaga, siguió en RNE, pasó a la agencia OTR Press (Grupo Z) y llegó a EL PAÍS. Ha cubierto íntegros casos como el 11-M, el final de ETA, Arny, el naufragio del 'Prestige', los disturbios del Ejido... y muchos crímenes (jorgear@elpais.es)

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