Proa publica la primera traducción al catalán de una obra de Angela Carter
Es casi una desconocida en España, pero en el Reino Unido, su país, ha llenado y sigue llenando páginas de tesis doctorales en las universidades. Angela Carter, novelista, cuentista, ensayista, periodista y crítica, falleció en 1992 y el próximo 7 de mayo hubiera cumplido 60 años. Proa ha publicado la primera traducción al catalán -firmada por Cristina Badosa- de uno de sus libros más representativos, La cambra sagnant, publicado en inglés en 1979. Se trata de una compilación de cuentos que resume, en buena parte, el hilo temático de la obra de Angela Carter, que falleció de cáncer de pulmón a los 51 años. La cambra sagnant reúne 10 cuentos en los que la escritora subvierte los tópicos de la literatura de tradición oral fijada por Charles Perrault y los hermanos Grimm. En las páginas del libro desfilan desde Caperucita Roja hasta Barbazul pasando por la Bella y la Bestia, y el Gato con Botas.
A juicio de Badosa, lo novedoso de la obra de Carter es que "pone al descubierto el mensaje retrógrado de los cuentos tradicionales y lo sustituye por contenidos más adaptados a su época". De este modo, los personajes truecan sus papeles y provocan la sorpresa del lector. Éste se encuentra con un cóctel de ingredientes que mezcla erotismo, terror y una buena dosis de humor negro.
"En el fondo, lo que hace Angela Carter con estos cuentos es crítica literaria", explica Badosa, que ha tardado siete años en dar por terminada la traducción. "Deshace unos mitos que son peligrosos porque crean estereotipos. La literatura de tradición oral europea refleja la sabiduría rural, pero también un mundo lleno de supersticiones y una mentalidad cerrada en cuanto a los papeles masculino y femenino", explica. Pero Carter no sólo se basa en la tradición oral. El contenido de La cambra sagnant remite también a los ambientes claustrofóbicos de la literatura gótica y al papel de la mujer en la obra de Sade, protagonista éste de uno de sus ensayos, La mujer sadiana.
Veinte años después de su publicación, estos cuentos de Carter siguen haciendo buena una frase en la que la escritora dejó resumidas sus intenciones: "Quería escribir historias que pudieran ser leídas a la luz de velas goteantes en las ruinas de nuestras ciudades y proporcionar, también, placer; historias que también tuvieran sentido".
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