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Un liderazgo débil

Evitemos echar la culpa al electorado, a una Italia que ha elegido de forma clara criticar la experiencia de gobierno de centro-izquierda. Sin duda alguna habrá buenas razones que expliquen el que la mayoría de los ciudadanos haya dado la espalda a lo que queda del Olivo, sobre todo en unas elecciones regionales, en las que por lo general predomina quien está arraigado en ese territorio. (...) Echando la culpa al poder de la máquina propagandista de Berlusconi no explicaremos por qué han elegido castigar al líder político, a pesar de las señales positivas de recuperación económica después de años de sacrificios. Lo que sopló ayer no fue el viento del Norte, (...) sino un empuje homogéneo en todo el territorio nacional. (...) Por tanto, hay que empezar a hablar claro: el electorado ha querido dar un suspenso a la manera de comportarse del centro-izquierda en estos cuatro años de gobierno, a la velocidad con la que se han dejado secar las raíces del Olivo; es decir, la ambición de renovar la política. No es una casualidad que el centro-izquierda haya empezado a perder desde octubre de 1998, cuando Bertinotti decidió salir de la mayoría y D'Alema sustituyó a Prodi gracias a una estrategia parlamentaria al viejo estilo. (...) El centro-izquierda, reducido a una minoría, podrá encontrar un empuje renovador sólo si adopta un lenguaje nuevo y renueva su liderazgo. (...) Si no tiene el coraje de reaccionar a la derrota mandando a casa a sus artífices, no sólo entregará el país al centro-derecha muy pronto, (...) sino que se tambaleará como un boxeador derrumbado.Gad Lerner

Roma, 17 de abril

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