Desaparece uno de los 'ministros' de Sealand Ígor Popof consigue eludir a la Guardia Civil y deja deudas en hoteles de Madrid
Algunos misterios de Sealand, el falso principado desmantelado en España por la Guardia Civil, siguen todavía sin resolver. Ígor Popof, su flamante ministro ruso de Asuntos Exteriores, ha desaparecido del mapa y se ha esfumado dejando atrás un reguero de facturas impagadas en hoteles de Madrid. La Interpol le busca en Luxemburgo y la Embajada rusa asegura que la única persona registrada con ese nombre es un honorable ciudadano residente en Vitoria.
El regente, Francisco Trujillo, y todos los miembros de su rimbombante Consejo de Estado de Sealand, el país de fantasía levantado sobre una destartalada plataforma de guerra en el mar del Norte, han desfilado por las dependencias de la Guardia Civil en Madrid y prestado declaración. Todos están siendo investigados en un juzgado por un presunto delito de estafa y falsedad.Igor Popof, el excelentísimo ministro de Asuntos Exteriores del principado, un personaje escurridizo como una anguila, tuvo la suficiente intuición como para saltar de la plataforma de Sealand antes de que la marejada policial la derribara en el primer embate. Es el único alto cargo de este edén imaginario que ha escapado de la acción judicial.
Según su pasaporte de Sealand, número 860.107, Popof es natural de Ashjabad (Turkmenistán, antigua Unión Soviética), tiene 49 años, y vive en el número 7 la calle Stratoshni de Moscú. Pero en realidad, la única persona de nacionalidad rusa registrada en España con ese nombre no tiene nada que ver con él. "Con los documentos que nos ha aportado la Guardia Civil hemos comprobado que se trata de personas diferentes. No sabemos quién es el personaje que se hacía pasar por ministro de Sealand", señala Iván Zherebtsov, cónsul de Moscú en Madrid.
Popof, él desaparecido, se hacía llamar también Egon y en ocasiones firmaba como Popov. Tradujo documentos para el principado, entre ellos el de una atractiva fundación de inversiones, y arrojó numerosas erratas en sus escritos, lo que hace sospechar a los investigadores que puede ser uno de los miles de rusos que fueron desterrados a Alemania.
El juzgado de instrucción número 27 de Madrid sigue diligencias contra Popof por haber abandonado el hotel Alameda de Madrid sin cumplir con la más elemental de las normas de urbanidad: pagar la factura. El excelentísimo ministro y un acompañante que se hacía llamar Sernikov, y que también se hizo pasar por diplomático, dejaron un agujero de 500.000 pesetas. Su brillante tarjeta de crédito no cubría ni un solo céntimo.
Michael Bates, el hijo de Roy Bates, el ex comandante británico que ocupó la plataforma en 1967 y se nombró príncipe de Sealand, asegura a EL PAÍS que el grupo de Trujillo es totalmente ajeno a su "principado" y que distintos grupos de "delincuentes que utilizaban la imagen de mis padres" han sido denunciados por los Gobiernos de Alemanía, Holanda y Reino Unido.
Un 'cónsul' del 'principado' ofreció negocios al Gobierno ruso
La tarjeta de presentación diplomática del falso principado de Sealand abrió muchas puertas a su regente, Francisco Trujillo, y a su equipo de colaboradores, entre los que destaca José Luis Orozco Diezma. Y el imán funcionó hasta en países lejanos y burocratizados como Rusia.Orozco, un granadino de 52 años que se presentaba como cónsul general de este paraíso imaginario, contactó en Moscú con A.Kotova, vicedirectora general de la empresa Moscontractprom, dependiente del Departamento de Ciencia y Política Industrial del Gobierno de Moscú, y le expuso el deseo del grupo financiero Dixon Corporation de invertir en la industria rusa. Kotova le envió una carta en la que se dirige a él como cónsul general del principado de Sealand y señala "que la empresa Moscontractprom está dispuesta a colaborar con el citado grupo financiero "en desarrollo, estudio y realización de los proyectos de interés mutuo".
Orozco, que dice no conocer a Igor Popof, el desaparecido ministro ruso de Sealand, asegura que ésa fue "una gestión privada al margen del principado", aunque reconoce que gestionó en Rusia el reconocimiento oficial de Sealand. En Moscú, se alojó en el Metropol, un lujoso hotel.
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