La federación de padres de Valencia elige a su ejecutiva y zanja la crisis abierta por Garcés

La asamblea de la federación de padres FAPA-Valencia eligió ayer por unanimidad a su nueva ejecutiva, que estará presidida por María Antonia Molina y José Antonio Moya, con lo que da por zanjado el conflicto abierto en diciembre de 1998 con la llegada de Antoni Garcés a la anterior directiva. Moya, el nuevo vicepresidente que desde el año pasado se hizo cargo de la gestora que sustituyó a Garcés y que ha encarrilado los trabajos en este último periodo de transición, aseguró que "la federación da por cerrada la provisionalidad y se dispone a trabajar con efectividad en un momento la educación pública está en crisis por la política privatizadora del PP". Los 180 delegados que participaron ayer en la asamblea, aprobaron también la expulsión de Garcés y su equipo de la federación, tras conocer el resultado de una exhaustiva auditoría de los nueve meses de su gestión. Según José Vicente Higón, portavoz y miembro de la comisión de gobierno, "Garcés gastó en 9 meses lo que la federación hacía en cuatro años". Sólo en taxis, la secretaria Vicenta Guzmán, concejal por Mislata, justificó la friolera de 281.000 pesetas. La deuda dejada por Garcés, supera los 4.000.000 de pesetas, que la federación pagará con la subvención de este año. El primer paso, ahora, será trabajar para cambiar el "blindaje" realizado por Garcés y José Antonio Ranchal, para evitar que las federaciones de Valencia y Castellón estén representadas en los órganos de negociación de la consejería, Consell Escolar y la propia Covapa.