Las hermandades de Cádiz desafían al sínodo y dicen que las procesiones militares seguirán celebrándose
El único sínodo que ha celebrado la Iglesia gaditana este siglo ha dejado cicatrices en las cofradías. El pasado fin de semana las conclusiones sinodales marcaban dos reflexiones que no han gustado a las hermandades de la provincia: "Buscando una mayor coherencia entre el mensaje cristiano de paz y las expresiones de culto que son las procesiones, se evitará en ellas la presencia de las fuerzas armadas y de toda clase de armamento", rezaba una de ellas. La segunda reflexión polémica propone arbitrar medidas, en sintonía con los postulados del Concilio Vaticano II, "para impedir la concesión de nuevos títulos de carácter civil para las imágenes de Jesucristo y la Virgen y, en lo posible, renunciar a todos los otorgados en años pasados".La última vez que se reunió el sínodo en Cádiz -donde están representados los seglares (62%), los sacerdotes (28%) y un 10% de religiosos- corría el año 1882, reinaba Alfonso XII, y hacía seis años que la Constitución había declarado al catolicismo religión estatal. A finales del siglo XX, la Iglesia ha marcado diferencias con los escuadrones y las bayonetas caladas. "Hay que evitar la confusión. Ésta es una sociedad plural, no confesional, con muchas mentalidades", explica el secretario general del Sínodo, Óscar González. "Son reflexiones que mantienen su respeto a las fuerzas armadas, pero que intentan no mezclar signos", añade.
Las cofradías más afectadas no lo han entendido así y esperarán desafiantes al año próximo, cuando las medidas sinodales serán de aplicación. "La Cofradía de la Piedad está decidida a seguir siendo militar pase lo que pase, como siempre lo ha sido, a mucha gloria". La junta de mesa de esta hermandad, que luce los títulos de Militar y Nacional entre otros, ha manifestado esta semana que la decisión del sínodo está revestida de "inmadurez" y carece de la reflexión debida. Arguye que los votantes (los dos tercios a favor) opinaron sin "la suficiente ambientación histórica y cultural". La cofradía, que califica a los militares como "los guardianes de la paz y la libertad nacional", cree que hay ejemplos sobrados de santos que "han puesto de relieve que se puede y se debe ser militar y cristiano".
La Cofradía de la Expiración, vinculada a la Guardia Civil, mantendrá igualmente la representación habitual. Para el abogado José Luis Suárez, que ha sido durante muchos años hermano mayor de la Cofradía del Nazareno, la decisión del sínodo es "lamentable y ridícula" y dice no comprender que "se haya tenido que reunir a un sínodo para llegar a una conclusión tan absurda". Suárez añade: "Es risible. No creo que su excelencia reverendísima [el obispo] dé el visado a tal conclusión". De cumplirse estas directrices, la Hermandad del Nazareno, la más popular de Cádiz, tendría que renunciar al título de Regidor Perpetuo de la Ciudad, una posibilidad que los hermanos consideran una afrenta. Cada Semana Santa, el alcalde de Cádiz deposita su bastón de mando a los pies de la imagen.
La esperanza de muchas hermandades es que el obispo de la diócesis, Antonio Ceballos, no sancione las decisiones sinodales. Si se atiende a la carta pastoral del propio obispo a comienzos de esta asamblea de la Iglesia gaditana, en agosto de 1999, se diluye esa confianza: "Quiero reiterar ante todos vosotros mi firme determinación de que las conclusiones del sínodo no se queden en una mera declaración de buenas intenciones. Por el contrario, pondré todo mi empeño para que sean las directrices que guíen la vida y los trabajos de nuestra iglesia durante los primeros años del próximo siglo".
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