La lesión del brasileño, punto final de un largo proceso degenerativo
La rotura del tendón rotuliano es una lesión poco extraña en personas ancianas. Cuando se produce en un deportista robusto, de 23 años, como Ronaldo, la causa no puede ser otra que un proceso degenerativo del tendón. "La degeneración suele provenir del sobreúso, de la sobrecarga repetida o de antecedentes de infiltración con corticoides", explica el traumatólogo español Luis González Lago. En su cargada carrera profesional, comenzada a los 17 años, Ronaldo acumula tendinitis en ambas rodillas, pocos periodos de descanso, altas cargas de entrenamiento y dos operaciones anteriores de rodilla.
Los tendones son los tejidos que transmiten la fuerza mecánica de la contracción muscular a los huesos. Son muy fuertes y elásticos por su alto contenido en colágeno. Eso dicen las enciclopedias. En la biografía de Ronaldo también aparecerá la palabra tendón. Será en el apartado negativo. Una rotura del tendón rotuliano, de la que fue operado anoche en París por el especialista Gérard Saillant, puede significar la retirada prematura del mejor futbolista de los 90. No es, sin embargo, una lesión inesperada: todo el historial deportivo-médico del goleador brasileño parecía conducir indefectiblemente a este final.Ronaldo fue operado el 30 de noviembre último de una rotura parcial del tendón rotuliano de su rodilla derecha. Cuatro meses y medio después, el 12 de abril, Ronaldo se rompió completamente el mismo tendón a los cinco minutos de volver a jugar al fútbol. "No es rara la rotura", afirma González Lago. "Al contrario, es frecuente si se vuelve a sobrecargar la zona, el cuádriceps, tanto en intensidad como en tiempo. Además, una operación nunca vuelve a dejar el tejido igual. Aunque haya un momento traumático y agudo, las roturas tendinosas son degenerativas".
Cuando estaba en el PSV Eindhoven, club al que llegó a los 17 años, Ronaldo desarrolló una gran masa muscular gracias, entre otras cosas, al recurso a anabolizantes, lo que significaba, a medio plazo, un alto índice de probabilidades de lesiones musculo tendinosas. También de su época en el equipo holandés, en 1996, llega una primera operación en la zona. Después llegó al Barcelona, llegó su contrato con Nike (300 millones de pesetas al año); llegaron también sus obligaciones contractuales, el gran número de partidos por temporada, las grandes cargas de entrenamiento fundamentales para él, un deportista de velocidad y fuerza; llegó el Inter, la tendinitis crónica (sobrecarga, abuso) en ambas rodillas, una lesión que no evitó que siguiera jugando a un ritmo de dos partidos a la semana; las obligaciones con la selección de Brasil; la disputa del Mundial del 98 lesionado, la falta de descanso, el tratamiento intensivo con antiinflamatorios (el famoso Voltarén con el que estuvo a vueltas todo el Mundial), el enmascaramiento de sus problemas...
"Las tendinitis crónicas por sobrecarga degeneran en tendinosis, con necrosis [muerte] interna del tejido del tendón. Y cuando se operan, si no se limpia bien la zona, se acaba suturando tejido muerto, que vuelve a desgarrarse enseguida", explica González Lago. "Para operar estas roturas se busca inicialmente descargar el aparato extensor [quitar tensión a la zona], para lo que se fabrica con alambre un cerclaje de rótula-tibia. Así se puede suturar sin tensión después de limpiar la zona". El proceso de recuperación, que dura un mínimo de seis meses, se inicia tras el final de la inmovilización de la rodilla y la retirada del alambre. Comienza con la recuperación de la movilidad de la rodilla y continúa con el trabajo muscular, que en un principio debe consistir en una estimulación eléctrica ya que la región muscular agectada es muy sensible a las roturas.
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