La opinión de los niños es necesaria para evaluar la enfermedad asmática

Entre un 10% y un 12% de los niños andaluces padecen asma. El primer estudio nacional sobre esta patología ha puesto de manifiesto que la opinión de los niños sobre su propia enfermedad es imprescindible para evaluar su calidad de vida; una opinión que, según los responsables del estudio, es más importante, incluso, que la del médico o la de los padres. Por otra parte, los especialistas se quejan del abandono frecuente que hacen los padres del tratamiento en cuanto observan alguna mejoría en su hijo.

Los niños asmáticos son capaces de medir con más precisión que los médicos, o que sus propios padres, la situación real de su enfermedad. Esta es, al menos, la conclusión a la que han llegado los responsables del estudio Valair, en el que han participado 1.012 niños enfermos y 48 hospitales.En Andalucía la participación ha sido de 200 niños enfermos de asma y de 6 hospitales públicos, pertenecientes a Almería, Málaga, Huelva, Córdoba y Sevilla.

El asma es una enfermedad bronquial, crónica, de origen genético, que puede manifestarse poco después del nacimiento -a partir de los dos primeros meses de vida-, en forma de erupciones cutáneas, intolerancia a algunos alimentos y, finalmente, causando problemas respiratorios.

Pero es a partir de los dos años cuando puede acotarse un diagnóstico. "Aunque sólo al cumplir los 6 años podemos lograr que ese diagnóstico sea certero; es decir, cuando ya puede realizársele al niño una prueba de su capacidad pulmonar", explica Javier Pérez Frías, del Servicio de Neumología Pediátrica del Hospital Carlos Haya de Málaga.

Por su parte, Martín Navarro Merino, jefe de Sección de Neumología Infantil en el Hospital Macarena de Sevilla, explica que otro de los hallazgos del estudio Valair es que "apenas existe relación entre la medición de la función pulmonar y la calidad de vida del niño". "La función pulmonar del niño asmático", explica, "puede ser buena y, sin embargo, él puede no encontrarse bien, o viceversa". Respecto a la enfermedad en sí, Navarro Merino señala que "ésta es una patología propia de las sociedades desarrolladas". Cada día son más las personas, y a una edad más temprana, las afectadas por el asma en Europa. De hecho, ésta es una de las primeras causas de consulta en las urgencias pediátricas.

Los factores ambientales son claves, según los últimos estudios. Entre ellos, Navarro Merino cita al tabaco, la contaminación ambiental, los animales domésticos, el uso de las moquetas en las casas y el aire acondicionado.

Otro aspecto importante a resaltar entre los niños que padecen asma y su entorno es la alteración psicológica que provoca la enfermedad, bien en quién la padece, bien en sus cuidadores, que ven como ésta no sólo no mejora sino que se agrava. Depresiones y ansiedad son dos de los síntomas más frecuentes.

"El niño que padece asma", concluye Navarro Merino, "debe darnos su opinión para que sepamos realmente cómo se siente. Los resultados del estudio Velair nos han demostrado que las prescripciones y evaluación de los médicos son insuficientes". Y sobre el abandono de los tratamientos, el neumólogo del hospital Macarena señala: "Intentamos hacerle ver a los padres que no pueden descuidar la medicación. La consecuencia será siempre el agravamiento de la enfermedad."