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Microsoft irrumpe en la campaña electoral de EEUU al contratar a un consejero de Bush

La corporación Microsoft ha contratado de manera callada a Ralph Reed, un consejero de la campaña presidencial del gobernador republicano George W.Bush, para que presione al mismo Bush para que se oponga a la decisión del departamento de Justicia de juzgar al gigante informático por violar las leyes norteamericanas antimonopolio.El propósito de Microsoft, según asegura la compañía, es congraciarse con el que puede ser futuro candidato republicano a la presidencia de Estados Unidos, a la espera de que Bush alce su voz contra la demanda interpuesta por el Gobierno, e incluso, quizá, se acerque ligeramente a los intereses de la compañía si finalmente es elegido presidente.

Reed, antiguo presidente de la Coalición Cristiana, está muy bien situado para llevar a cabo el mandato de Microsoft debido a que su compañía, Century Strategies, es una de las consultoras más importantes del gobernador de Tejas. Durante la campaña de las elecciones primarias, Reed apareció con frecuencia en televisión para hablar a favor de esta campaña de presión. Sin embargo ahora, el consultor declina hablar del contrato de su compañía con Microsoft y argumenta: "Tenemos la política de no discutir sobre nuestros clientes". Otro alto ejecutivo de la misma compañía, que pidió mantener el anonimato, aseguró que Microsoft había contratado a Century Strategies como grupo de presión sobre otros candidatos políticos.

Campañas de presión

Mark Murray, un portavoz del gigante de software, aseguró que la compañía informática había contratado a Century Strategies para combatir "la amplia campaña de presión de nuestros competidores" para fomentar la demanda del Gobierno. La compañía también manifestó estar "trabajando muy duro para conseguir que todos los candidatos a la presidencia adopten nuestro punto de vista", incluyendo el vice presidente Al Gore. Microsoft no desveló cómo estaría ejerciendo presión sobre Gore y su equipo.

La semana pasada, un juez federal encontró a Microsoft culpable de violar las leyes anti trust. Desde entonces, la empresa del multimillonario Bill Gates ha estado intentando granjearse amigos tanto entre los candidatos republicanos como demócratas.

En un informe contable efectuado por un centro de estudios políticos se muestra que, durante la actual campaña presidencial, Microsoft y sus empleados han donado más de 727.000 dólares (más de 100 millones de pesetas) a partidos políticos, siendo el 53% de estas donaciones para el partido Republicano y el 47% para el Demócrata.

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Pero el objetivo a conseguir durante el año largo que pueden durar las apelaciones que sufrirá la demanda es convencer al futuro presidente de EEUU, al Congreso y al público en general que el caso debe ser abandonado.

En una serie de correos electrónicos enviados por John Pudner, director de proyectos de Century Strategies, se muestra el plan a seguir por el equipo de Reed para recrutar a lo largo y ancho de todo el país a destacados seguidores de Bush en un esfuerzo de minar la demanda interpuesta por el Gobierno contra Microsoft. A todos estos poderosos seguidores de Bush -los correos electrónicos enviados muestran que Pudner los está encuestando minuciosamente para asegurarse de que tienen influencia dentro de la campaña presidencial del hijo del antiguo presidente de Estados Unidos- se les está pidiendo que envien cartas a Bush en las que reflejen claramente que creen que el proceso desatado por el Gobierno está desencaminado y que el pueblo de Estados Unidos se opone a que siga adelante.

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