"Pujol no cree en el Estado de las autonomías"

"Si el Gobierno catalán hubiera hecho algún gesto de protección de los derechos de los castellanohablantes en Cataluña, todos estaríamos mejor"

Tras la derrota socialista del 12 de marzo, Pasqual Maragall (Barcelona, 1941) se ha convertido en el centro de las críticas de algunos sectores del PSOE. La falta de una idea de España compartida por todos los socialistas ha hecho del federalismo de Maragall un blanco fácil. Pregunta. Dicen algunos compañeros suyos que la derrota electoral del PSOE se ha producido en buena parte por no tener un modelo definido de Estado, y han cargado contra el federalismo...

"España es una pluralidad de pueblos en un terreno de juego común"

Respuesta. Yo creo que más que análisis son reacciones, a veces no muy analíticas. El grado de comprensión del federalismo, que es la única salida para España, es insuficiente. Hemos avanzado. Se ha entendido que España es un país plural, y los países plurales son federales, simplemente.

P. Usted ha dicho que si el PSOE no se espabila, el PP lo puede desbordar en la cuestión federal ...

R. Yo creo que el PP hará gestos. Aznar, la noche de la victoria, salió al balcón de la calle de Génova y dijo: "España es una nación plural", que es lo que ha negado durante toda la campaña. Esto ya pone sobre la pista del pragmatismo del personaje. Y luego Esperanza Aguirre hablando en catalán... Por eso advertí de que no nos encontremos con que, a golpe de prudencia, los nacionalistas y los socialistas catalanes debamos ir corriendo detrás de una reforma política impulsada por el PP. Sería una ironía histórica.

P. Porque históricamente, desde Pi i Margall, la España federal siempre ha sido un proyecto de la izquierda y la España unitaria un proyecto de la derecha.

R. El federalismo siempre ha sido de izquierdas, porque el federalismo es el reconocimiento de la diversidad, de la pluralidad, del diálogo, es una ideología liberal progresista.

P. A los ciudadanos que no son de Cataluña, ni del País Vasco ni de Galicia, ¿qué les diría usted para que pudieran creer que funcionarían mejor en una España federal que en una España unitaria?

R. La España de las autonomías ya es un sistema federalizado. Pero le faltan algunas cosas para serlo del todo, al menos el Senado. Cuando se redactó la Constitución no se podía hacer algo que necesariamente se deberá hacer, que es denominar las autonomías, las que hay, decir cuáles son, y probablemente también decir cuáles son históricas, o más históricas que las demás, y cuáles no o menos históricas. Sería lógico. Hay muchas soluciones. Ahora hay un proceso de consolidación -y las elecciones así lo han mostrado- de las identidades regionales o nacionalitarias.

P. El Estado es cada vez más descentralizado, pero parece que la comprensión autonómica o federal va de baja.

R. Ni España, ni Cataluña, ni el Gobierno central ni el catalán han tenido interés, a mi entender, en llamar a las cosas por su nombre. Han preferido que pareciera que era como una especie de diálogo casi privado.

P. ¿No llamamos a las cosas por su nombre?

R. Las cosas por su nombre es que España es un Estado compuesto, plural, que está formado por pueblos diversos, que debe tener al mismo tiempo un reconocimiento de esta pluralidad y un terreno de juego común, y no una pura suma de diálogos bilaterales. Y esto primero no gusta a los centralistas, a los nacionalistas españoles, y lo segundo no gusta a los nacionalistas catalanes. Pero es la realidad: somos diversos y tenemos intereses comunes. Esto es federalismo.

P. Pujol no ha aceptado nunca el federalismo, ¿no?R. No, porque ellos parten de una base historicista, que no mira al futuro sino al pasado, y dicen: "Hubiéramos podido ser algo distinto a lo que somos", y en función de esa nostalgia actúan políticamente y tocan sentimientes que están en el corazón de la gente.

P. ¿Tiene la sensación de que cuando sale de Cataluña le entienden?R. Sí. Lo que pasa es que hemos salido poco. Ése es el problema. Hemos pensado que tenían que venir aquí a darnos la razón sin explicar el producto. Esto es lo que han hecho los nacionalistas. Pujol ha salido poco. ¿Por qué no ha pedido Pujol un debate de las autonomías en los dos últimos años? Porque no le interesa, no cree en ello.

P. Entones, ¿el federalismo es el nacionalismo que mira hacia el futuro?

R. Tiene en común algunas cosas con el nacionalismo, pero el nacionalismo mira al pasado y el federalismo mira al futuro. Los nacionalistas más inteligentes, como en este caso Pujol, dicen: "Yo no seré siempre nacionalista, sólo lo seré mientras los demás me obliguen a ello".P. La cuestión de la lengua ha vuelto al primer plano por decisiones judiciales. Un juez ha procesado al rector de la Unversidad Rovira i Virgili por sancionar a una profesora que defendió el derecho de una estudiante a recibir su examen en castellano. ¿Qué opina de la actuación del rector?

R. Creo que se equivocó el rector si es cierto que sancionó a una profesora por eso.

P. Poco después un tribunal ha invalidado parte del reglamento de usos lingüísticos de esta universidad por considerar que se da excesiva prioridad al catalán.

R. No me atrevería a pronunciarme sobre esta cuestión hasta que la conozca un poco más.

P. Ha sorprendido que el Gobierno catalán no haya apoyado a una profesora que defendió el ejercicio de un derecho constitucional por parte de un alumno y, en cambio, defienda al rector que según el juez se ha excedido.

R. Aparte de la legalidad del reglamento, y repito que me gustaría hacer un análisis más profundo, de lo que estoy seguro es de que, independientemente de esto, si el Gobierno catalán hubiera hecho alguna vez algún gesto de protección de los derechos de los castellanohablantes, en Cataluña todos estaríamos mejor.

P. ¿Cómo debería ser el PSC del siglo XXI para que fuera representativo de todo su electorado?

R. Bueno, nosotros ahora tenemos 30.000 militantes aproximadamente, pero con los simpatizantes que votaron en las primarias nos vamos a los 60.000. El 1% de la población. Una proporción similar a la del Partido Socialdemócrata Alemán , que tiene 500.000 militantes. Lo que ocurre es que nosotros nos queremos convertir en la primera fuerza política de Cataluña, no sólo cuantitativamente, sino por implantación en el territorio. Debemos ser un partido más metido en los municipios pequeños. Hay muchos sectores de la sociedad que no quieren saber nada ni de éste ni de ningún partido. Esto se tiene que resolver.

P. ¿Dice que el PSC debe dar un salto adelante?

R. Nosotros nos queremos abrir a derecha e izquierda, esto que ahora no se dice -siempre se habla del centro-. Fuimos los primeros que empezamos a hablar de cambios en la cultura política. En 1991 empezamos a hablar de primarias, de listas abiertas, de la posibilidad de participación exterior en los congresos, de participación de independientes en las listas. Ahora esto el SPD lo hace por reglamento.