Hevia exhibe su éxito y Grave Digger defiende el 'heavy alemán'
Cifras de ventas al margen, José Ángel Hevia (Villaviciosa, 1967) se ha ganado un hueco destacado en la historia de la música gracias a la invención de la gaita electrónica multitímbrica, una herramienta que ideó con el fin de lograr algo irrealizable con la versión tradicional del instrumento: ensayar en su propia casa sin molestar a los vecinos. Una vez materializado y patentado, junto a Alberto Arias y Miguel Dopico, el invento ha resultado tan bueno que el artista no se limita a utilizarlo en su domicilio, sino que exhibe su sonido en grabaciones y actuaciones en directo, como la que ofrecerá hoy (20.00) en el Teatro Arriaga de Bilbao.El tan cacareado ingenio se ha dado a conocer, sobre todo, gracias al éxito cosechado por Tierra de nadie (Hispavox), el estreno discográfico del músico asturiano, que se ha traducido en más de un millón de ejemplares vendidos en los cinco continentes. Una cantidad que habla por sí sola de la excelente acogida que ha tenido su mezcla de música tradicional asturiana, celta e incluso detalles próximos a la new age.
Por lo visto, esos estilos han influido y han conformado la personalidad artística de Hevia desde que, con cuatro años, escuchó por primera vez a un gaitero y, un lustro después, decidió imitarle. Esto truncó el deseo de ser ciclista profesional de un licenciado en Filología Hispánica que planea sacar su segundo elepé el próximo mes de octubre, y que hoy es compañero sentimental de Cristina del Valle, cantante de Amistades Peligrosas.
Rock artúrico
La reciente llegada del gaitero asturiano al mercado musical contrasta con la veteranía del grupo que, también hoy (21.30), actúa en la sala Jam de Bergara. Grave Digger es su nombre, se formó hace 20 años, está considerado uno de los pioneros del llamado heavy alemán (igual que Helloween o Running Wild) y en la actualidad presenta las 12 canciones de Excalibur (Gun Records), su noveno elepé.
Como deja entrever el título, la nueva entrega narra, en clave de heavy metal clásico, la historia del rey Arturo y los caballeros de la Tabla Redonda, y supone el fin de una trilogía dedicada a la Edad Media que se completa con los discos Tunes of war, de 1996, y Knights of the cross, publicado dos años después. Su confección ha mantenido ocupado últimamente a un quinteto que se mantuvo inactivo entre 1987 y 1993.
Pero Grave Digger no estarán solos en Bergara, sino que compartirán escenario con Iron Savior, otra banda de heavy metal cuya temática futurista, batallas interestelares incluidas, se sitúa en un extremo totalmente opuesto al de las aventuras medievales de sus colegas. El tercer, y más reciente, disco del quinteto integrado, entre otros, por el productor Piet Sielk (Blind Guardian, Saxon, Uriah Heep) y miembros de Gamma Ray es Interlude (Noise Records), grabado mitad en directo y mitad en estudio.
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