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LA NUEVA SITUACIÓN EN EUSKADI

El final de una sucesión de desencuentros

La decisión de EH, la marca electoral de HB, de restringir su participación en el Parlamento vasco según criterios ideológicos sitúa en su punto más bajo las relaciones con las otras fuerzas nacionalistas del Pacto de Lizarra, además de dejar en evidencia la sinceridad de su evolución institucional, tan encomiada por el PNV y EA mientras acompañó la tregua de ETA. El anuncio de ayer de Arnaldo Otegi culmina una sucesión de desencuentros entre los partidos de Lizarra que empezó a acelerarse cuando la organización terrorista anunció, el 28 de noviembre pasado, la reanudación de los atentados tras 17 meses de inactividad.Pese al intento del PNV y EA de mantener su aventurada apuesta por la "construcción nacional", el activismo de ETA y la incapacidad de HB-EH de desmarcarse de la violencia han conducido a la actual situación de crisis. Los firmantes del Pacto de Lizarra no lograron siquiera una declaración conjunta en la que se pidiera a la organización terrorista que restituyera la tregua. Lo impidió el veto de los grupos vinculados a la izquierda abertzale. Tampoco la actitud del Gobierno PNV-EA resultó más firme. Fue el 21 de enero, tras el asesinato en Madrid del teniente coronel Pedro Antonio Blanco, cuando el lehendakari Ibarretxe dejó en suspenso el acuerdo de legislatura que había firmado con EH en mayo de 1999. La plataforma electoral de HB rehusó expresar entonces la postura clara de rechazo a la violencia que le pedía el lehendakari. Tampoco lo hizo un mes más tarde, cuando ETA asesinó en Vitoria al portavoz socialista en la Cámara vasca, Fernando Buesa, y al ertzaina Jorge Díez, por lo que Ibarretxe dio por roto el pacto de legislatura.

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Una nueva tregua

Desde ese momento la dirección del PNV paralizó la colaboración con HB en organismos como la asociación de electos Udalbiltza y la plataforma de presos Batera, tratando de conseguir que la izquierda abertzale presionara a ETA para obtener una nueva tregua, al tiempo que intentaba establecer un contacto directo con la organización. Al no conseguirlo, el pasado 29 de marzo el PNV y EA hicieron valer su mayoría en Udalbiltza para sacar adelante, con la oposición de HB, una declaración que afirmaba que "la construcción nacional es incompatible con la violencia". Un pronunciamiento similar quieren aprobar el próximo miércoles en la permanente de Lizarra.

Pero EH se adelantó hace tres días con un duro comunicado acusando a ambos partidos de "desmontar" el proceso y rendirse al "nacionalismo unionista español". Su réplica a la tajante respuesta peneuvista es ahora la espantada de sus 14 parlamentarios para dejar en clara situación de debilidad al Gobierno de Ibarretxe.

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