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Pujol amenaza al PP con romper si "hurga" en la política lingüística de la Generalitat

El presidente de la Generalitat, Jordi Pujol, advirtió ayer al PP que "hurgar" en la cuestión lingüística de Cataluña "es un camino seguro para llegar a una política de ruptura con CiU y el Gobierno de la Generalitat". Pujol respondía así al ministro portavoz en funciones, Josep Piqué, que había sugerido la modificación de la Ley de Política Lingüística, en el contexto de dos resoluciones judiciales contrarias a la Universidad Rovira i Virgili (URV) sobre el tema de la lengua. No obstante, Pujol desvinculó esta polémica del eventual apoyo de CiU a la investidura de José María Aznar.

En la comparecencia posterior al Consejo de Ministros, Piqué pidió un mayor grado de consenso en la política lingüística de Cataluña y apuntó a una "eventual modificación" de esta ley. El ministro portavoz recordó: "Mientras que la Ley de Normalización Lingüística de 1980 recogió un amplísimo consenso del Parlament, la actual ley fue votada en contra, por motivos diferentes, por el PP y ERC".Pujol calificó de "desgraciadas" estas declaraciones, aunque quiso dejar claro que esta polémica "no condicionará el debate en la coalición a la hora de determinar el voto de sus 15 diputados en la sesión de investidura de José María Aznar". El líder nacionalista dijo que la colaboración "positiva" entre la coalición que preside y los ejecutivos del PSOE y del PP se fundamentaban "en una regla no escrita" por la que "no había interferencias negativas" desde Madrid en la política lingüística.

Además del PP, Pujol avisó que también ha habido posiciones contrarias a la política lingüística de la Generalitat desde "sectores que se llaman de la izquierda, políticos, mediáticos e intelectuales, muy radicalmente jacobinos, que parece que también quieren ir en esta dirección".

El 'sí' es más rentable

A pesar de esta clara advertencia al Partido Popular y al Gobierno conservador, Jordi Pujol no tiene dudas de que CiU acabará apoyando la investidura de José María Aznar. Ayer mismo, en declaraciones a la emisora institucional Catalunya Ràdio, Pujol justificaba el voto a favor en términos de rentabilidad. A juicio del presidente catalán, esta actitud positiva será mucho más rentable con vistas al futuro porque permite crear un buen clima de entendimiento con el PP. "Ahora sólo obtendríamos calderilla", comentó el presidente en vísperas de que los cuadros de CDC -la ejecutiva y el consejo nacional- se decidan sobre el sentido del voto en la investidura.

El presidente lo explicó de manera gráfica al afirmar que si un hombre quiere llegar a un acuerdo con otro, puede enviar un ramo de flores a la esposa del otro para crear un buen clima, pero teniendo claro que "si envías un ramo de flores, no debes dejarte dar propina". En este sentido, se mostró comprensivo con algunos sectores de su partido, sobre todo los más nacionalistas, que se han manifestado contrarios a apoyar a Aznar, pero añadió: "Lo más racional no es negociar calderilla, es darles la confianza y ya hablaremos cuando sea la hora".

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El objetivo de los nacionalistas, según explicó Pujol, es allanar el camino para posibles acuerdos de futuro en los dos grandes asuntos que defiende la coalición: el incremento del autogobierno y la mejora del sistema de financiación.

En la entrevista, el presidente se esforzó en desvincular el eventual apoyo a Aznar con la coyuntura en el Parlament, donde CiU se encuentra en clara minoría y necesita obligatoriamente los votos del PP para sacar adelante los presupuestos de este año. La pasada semana, los conservadores evitaron la formación de una comisión para investigar la presunta financiación irregular de Unió. "No quiere pedir nada, ya lo harán si quieren", afirmó Pujol. Y advirtió a continuación que CiU dispone de otras alternativas parlamentarias diferentes a la del PP, en clara referencia, aunque no la citó, a Esquerra Republicana. PASA A LA PÁGINA 6

La oposición de izquierdas destaca la debilidad de Pujol frente al PP

VIENE DE LA PÁGINA 1 Todos los partidos políticos se pronunciaron ayer sobre las declaraciones de Piqué y la difícil situación en la que queda colocada la coalición nacionalista. La unanimidad -con la sola excepción del PP- mostrada el jueves en el Parlament al aprobar la proposición no de ley en defensa del reglamento de usos lingüísticos de la URV se repitió ayer para acusar a CiU de estar en manos del PP. Socialistas e IC-V defendieron la Ley de Política Lingüística, aprobada en 1997 por el Parlament con el apoyo de todos los grupos excepto el PP y ERC.

"No debe tocarse ni debe ser utilizada para la lucha partidista", dijo el portavoz socialista en el Parlament, Joaquim Nadal, "lo único que debe hacer el Gobierno de la Generalitat es aplicarla con prudencia, que es lo que no está haciendo y por eso pasa lo que pasa", añadió. A juicio de Nadal, la actitud mostrada por Piqué es consecuencia directa "del error político que ha cometido CiU" al haber comprometido ya el voto afirmativo de sus diputados a la investidura de Aznar. Nadal cree que las afirmaciones de Piqué revelan también que al PP "se le ha subido demasiado deprisa la mayoría absoluta a la cabeza" y "ha desenterrado demasiado rápido las tesis de Alejo Vidal-Quadras".

En sentido parecido se manifestó el vicepresidente de IC-V, Joan Saura, quien opina que las declaraciones de Piqué deben entenderse como "una exigencia más del PP hacia CiU" con vistas a las negociaciones que mantienen sobre su colaboración en esta legislatura. IC-V exigió a CiU que se mantenga "firme" en la decisión que adoptó el Parlament a favor de la Ley de Política Lingüística y recordó que la Cámara votó la ley "por una amplia mayoría".

Fase agónica

Saura agregó que el hecho de que haya sido Piqué quien anunciara el interés del Gobierno para que se reforme la Ley de Política Lingüística supone, asimismo, "un desprecio" hacia el grupo del PP en Cataluña.

Desde Esquerra Republicana, su vicesecretario general, Josep Huguet, retó a CiU a que vote favorablemente a la investidura de José María Aznar. Así pondrá en evidencia que "nos encontramos ante una fase agónica del nacionalismo" que representa la coalición presidida por Pujol. Huguet ironizó sobre la situación desairada en la que ha quedado CiU tras las declaraciones de Piqué.

El secretario general de ERC, Josep Lluís Carod Rovira, pidió a Pujol que explique públicamente las razones por las que CiU votará a favor de la investidura de Aznar. "Si no es así", añadió, "deberemos sospechar que existen motivos personales". Carod Rovira añadió que el voto a la investidura de Aznar es "innecesario e inútil" y demuestra que a la coalición nacionalista "sólo le interesa mantenerse en el poder y gestionar la inmediatez".

El máximo dirigente republicano aprovechó la ocasión para acusar al "núcleo duro" del PP de lanzar una ofensiva anticatalana y para criticar la celebración del Día de las Fuerzas Armadas con un desfile militar en Barcelona, que, dijo, "no tiene sentido porque es una exhibición inútil de fuerza y de potencial violento". Carod considera "delicada" la situación actual y apunta a la necesidad de "algún tipo de respuesta social articulada desde entidades y asociaciones".

Desde el Partido Popular catalán, su presidente, Alberto Fernández Díaz, se limitó a pedirle a Jordi Pujol que "deje a un lado el victimismo" respecto a la situación del catalán frente al castellano. Fernández Díaz criticó asimismo la actitud de CiU y el PSC por apoyar al rector de la Universidad Rovira i Virgili (URV).

Por la mañana, tras recibir al rector, Lluís Arola, y hacer público su apoyo al reglamento de usos lingüísticos de la URV, Pujol insinuó que "alguien" debería pedir perdón por "la voluntad de destrucción de Cataluña" y del catalán durante los años del franquismo.

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