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FÚTBOL Ida de semifinales de la Copa de la UEFA

El Galatasaray dice que los dos hinchas muertos estaban fichados por la policía británica

Dos muertos y 11 heridos es el trágico resultado de los violentos altercados ocurridos la madrugada de ayer en Estambul entre aficionados del Galatasaray y el Leeds. Según la policía turca, el presunto asesino -que se llama Alí Umit Demir, según la agencia Anatolia- ya ha sido identificado. Además, 16 hinchas británicos han sido expulsados del país y 13 turcos permanecen arrestados. Aunque en un primer momento se especuló con la suspensión del partido, ambos equipos jugaron anoche en medio de fuertes medidas de seguridad, con 2.545 policías dentro y fuera del estadio.

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Los dos fallecidos son Christopher Lotfus, un electricista de 37 años, y Kevin Speight, dueño de un pub, casado y con dos hijos de ocho y tres años. Lotfus murió prácticamente en el acto. Speight horas después en el hospital. Sus muertes fueron provocadas por heridas de arma blanca. Los dos muertos formaban parte del millar de aficionados del Leeds desplazados a Estambul para asistir al partido de ida de las semifinales de la Copa de la UEFA entre el equipo británico y el Galatasaray que se disputó ayer.Los altercados se desencadenaron en una céntrica plaza de Estambul, después de que una veintena de aficionados ingleses, algunos de ellos bebidos, abandonasen un bar. La llegada de un grupo de seguidores del Galatasaray provocó que los incidentes desencadenaran en una violenta batalla campal. "Fue un ataque premeditado", dijo ayer un aficionado del Leeds, Steve Wilkinson. "Salimos de bar y había cien personas esperándonos con machetes, cuchillos, patas de mesas y sillas que empezaron a atacarnos. La policía no hizo nada. En realidad les ayudaron a golpearnos", asegura Wilkinson.

Además de los dos muertos, otras 11 personas resultaron heridas en la refriega: cinco turcos y seis ingleses. Dos de ellos, David Elin y Paul Letris, permanecen ingresados en el hospital Taksim de Estambul con heridas de arma blanca, aunque sus vidas no corren peligro. Otras dos personas, Darren Lotfus -que podría ser hermano de uno de los fallecidos- y Suleyman Aydin, fueron dados de alta a primera hora de la mañana.

Tras la pelea, la policía turca interrogó en comisaría a 25 hinchas británicos. Dieciséis de ellos fueron expulsados ayer del país, según confirmó el consulado británico en Estambul. También permanecen detenidos por su participación en los incidentes 13 ciudadanos turcos. No está entre ellos el presunto autor material de la muerte de los dos aficionados británicos -que se llama Ali Umit Demir, según la agencia turca Anatolia-, aunque ya ha sido identificado gracias a un vídeo y podría ser detenido en las próximas horas, según adelantó la dirección de seguridad de Estambul.

A pesar de las manifestaciones que el técnico turco Fatih Terim hizo la vispera del partido -pidiendo a los aficionados que con sus cánticos convirtieran en "un infierno" para el Leeds las gradas del estadio Ali Sami Yen-, el Galatasaray rechazó ayer cualquier responsabilidad en lo ocurrido. "Es la primera vez que ocurre un incidente como este en Estambul. Hemos jugado anteriormente con clubes de toda Europa y nunca había pasado nada", explicó un portavoz del club turco. Uno de sus directivos, Mete Razlikli, reveló incluso que los dos fallecidos figuraban en la lista negra de hooligans de la policía británica. "A estas personas no se les debería permitir viajar a otros países para ver partidos. Lotfus y Speight carecían de entradas y vinieron a Estambul sabiendo que para ellos sería imposible acceder al estadio", aseguró Razlikli.

En contra de lo que se especuló en un primer momento, la UEFA decidió finalmente que se jugase el encuentro, tras una reunión entre representantes de ambos clubes y la policía turca en la que ésta garantizó la seguridad de los jugadores, directivos y aficionados del Leeds que acudiesen al estadio. Las medidas de seguridad, eso sí, fueron extraordinarias. La policía escoltó los autobuses del Leeds y sus aficionados en su trayecto hacia el estadio y, luego, al aeropuerto, mientras que 2.545 policías velaron dentro del campo y en sus alrededores para que nada ocurriese. Por la mañana, el presidente del Leeds había aconsejado a los aficionados que tenían previsto desplazarse a Estambul que no lo hiciesen, anulando además un vuelo charter para sus aficionados que había fletado el propio club.

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