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Un solo detenido por el ataque de 30 encapuchados a 5 bancos en Bilbao

Un vecino de Bilbao de 18 años es el único detenido por el ataque de unos 30 encapuchados a cinco entidades bancarias la noche del martes en el barrio bilbaíno de Santutxu. Hacia las nueve de la noche destrozaron mobiliario urbano y señales de tráfico y levantaron barricadas con contenedores ardiendo para cortar al tráfico las calles del centro del barrio. Luego lanzaron cócteles mólotov contra las sucursales de La Caixa, el Banco Zaragozano, Argentaria, Guipuzcoano y BBK. Y ayer por la mañana aparecieron en Hernani (Guipúzcoa) carteles con amenazas e insultos contra la juntera socialista Izaskun Gómez.

Los bomberos tuvieron que apagar el fuego de las entidades bancarias atacadas en Santutxu, donde quedaron inutilizados al menos siete cajeros automáticos. Las sucursales sufren daños materiales de distinta consideración. Ayer, el alcalde de Bilbao, Iñaki Azkuna (PNV), y el resto de las fuerzas políticas, salvo, como siempre, Euskal Herritarrok, condenaron esta forma de violencia porque dificultan la "paz". Azkuna señaló que esos ataques, "premeditados" y "cuidadosamente preparados", "amedrentan a la población y generan destrucción a la vez que entorpecen seriamente la convivencia en Bilbao", por lo que expresó su "rotunda condena e indignación".

Al hilo de este nuevo episodio de la kale borroka, Carlos Urquijo, parlamentario popular vasco, se quejó de la "alarma social" que se crea cuando los actos de violencia callejera "no son debidamente reprobados". El PP pidió ayer al consejero del Interior del Gobierno vasco, Javier Balza, que "depure las responsabilidades" que se deriven de las órdenes dadas por el número dos de la Ertzaintza, Iñaki Muneta, que pidió en noviembre a los agentes de la policía autónoma que evitaran los conflictos que dificulten el proceso de paz, como desveló en el Parlamento vasco el pasado 17 de marzo el grupo socialista.

Urquijo calificó esta actuación de Muneta de escandalosa y señaló que sólo sirve para "acrecentar la desconfianza de los vascos" en su policía. El parlamentario popular pidió a Balza que explique si ha abierto un expediente y si dichas actuaciones merecen una sanción.

Y Nicolás Redondo, secretario general de los socialistas vascos, volvió a reprochar al PNV su posición respecto a la violencia. Dijo que ese partido "no se da cuenta de que sin seguridad no hay libertad" e instó a que "empiece a pensar en su refundación" y a convocar elecciones. "Si las circunstancias son las que son", explicó, no tendrá "ningún problema" en apoyar a un lehendakari del PP.

Por otro lado, Izaskun Gómez fue víctima ayer de pintadas y pasquines amenazantes con la foto de la juntera socialista. En estos carteles sin firma aparecidos en Hernani, además de tacharla de "asesina y fascista", advierten de que la van "echar de Euskal Herria" y la responsabilizan de la dispersión de los presos de ETA, 13 de ellos vecinos de Hernani, así como de la "guerra sucia". Igualmente acusan a Gómez de participar "exaltada" en la manifestación "ultraderechista" que recorrió las calles de San Sebastián bajo el lema Basta ya hace algo más de un mes.

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