' "El presidente es un hombre solitario y desconfiado"
Sally Bowen llegó a Lima en 1988 como miembro de un proyecto de trabajo social con mujeres de la sierra peruana. Un año y medio después inició su carrera periodística como corresponsal del Financial Times y de la BBC. En 1989 conoció a quien un año después sería presidente de Perú: Alberto Fujimori. Sobre él trata su libro El expediente Fujimori, publicado en inglés y castellano, y que se ha encaramado al primer puesto de los libros de no ficción más vendidos.Pregunta. ¿Cómo define a Fujimori?
Respuesta. Sus rasgos sobresalientes y creo que permanentes son su austeridad, su capacidad de trabajo, su permanente búsqueda de lo que él llama "medidas audaces" y su autoritarismo.
P. ¿Tiene esa personalidad, tras 10 años en el poder?
R. Creo que su historia personal, que es algo a lo que nunca hace referencia, lo ha marcado. Es un hijo de inmigrantes que ha vivido en la pobreza. Que ha tenido que salir adelante con sus propios medios. Ha tenido una niñez muy dura, porque además de la pobreza, conoció personalmente la persecución a la cual fue sometida la comunidad japonesa en Perú durante la II Guerra Mundial. Llega a la presidencia como una persona curtida, acostumbrada a los golpes de la vida. Es una persona solitaria y desconfiada y creo que estos rasgos no han cambiado mucho durante su mandato.P. ¿Le sorprendió que fuera candidato a la presidencia en 1990?
R. Al principio me sorprendió muchísimo, como a todos los peruanos. No le veía ninguna posibilidad de triunfo. Yo pensaba: "A lo mejor será un buen senador, pero como presidente, ni hablar". No lo veía como un estadista, me parecía un buen hombre, pero muy árido, sin carisma.
P. ¿Cree que su manera de ser influyó en su desarrollo como presidente en estos años?
R. Creo firmemente que su estilo personal ha sido sumamente importante durante la presidencia. Más aún, en Perú, con un sistema presidencialista, con un presidente muy fuerte. Su estilo calzaba perfectamente: una persona autoritaria y poco dispuesta a escuchar a los demás.
P. ¿En quién confía?
R. En muy pocos. En sí mismo, sí, y mucho; en los demás, poco o nada. No admira a nadie vivo o muerto. No hay ningún libro que tenga como referencia a un autor que admire.
P. ¿Será, entonces, que ha encontrado en el poder todo lo que necesita y que por ello quiere permanecer un tercer periodo aunque sea inconstitucional?
R. Hay dos explicaciones. El poder es una droga y no se puede dejar. Y siendo él una persona con pocos intereses, sin mundo interior, parecería que no hay otra cosa que le interese que no fuera gobernar. En segundo lugar, me parece que influye en su decisión de permanecer en el poder, los problemas que podría tener con un nuevo Gobierno: corrupción, decisiones mal hechas, etcétera.
P. ¿Puede perder ahora la reelección?
R. Al parecer, ahora padece una falta de visión, ya no ve más allá. Eso le viene de su educación, de su formación. Hay gente que sostiene que él tiene heredados los rasgos de los japoneses de la II Guerra Mundial: muy autoritario, sin respeto a la democracia ni a los derechos humanos.
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