Aznar conmemora hoy en Sevilla la conversión del PP al centrismo

El viaje al centro del PP y de José María Aznar como líder de una alternativa real de Gobierno al PSOE ha durado justo 10 años. Y su obsesión cuando lo comenzó, en el primer Congreso Nacional del PP tras su refundación de Alianza Popular (AP), del que los populares celebran hoy en Sevilla por todo lo alto su décimo aniversario, era la misma que en la noche de las elecciones del pasado 12 de marzo. Ya entonces se comprometió, como ahora, a situar al PP en el poder "sin traumas o peligros". Aznar aprovechará ese acto festivo para recalcar que en esta etapa ha duplicado los votantes del PP, lo ha transformado en el primer partido del país y el que gobierna la mayoría de las instituciones. El PP ha rescatado para la ocasión a su patrón, Manuel Fraga, quien entregó el testigo a Aznar tras asumir su techo electoral.

El domingo 1 de abril de 1990 José María Aznar inauguró su mandato como presidente del PP. Fue en un congreso nacional del partido que se celebró en Sevilla y que le respaldó como sucesor de Fraga por aclamación, y con la famosa escena del dirigente gallego rompiendo entre sollozos la carta de dimisión anticipada que su sucesor le había entregado en secreto.

Este simposio marcó el liderazgo, las maneras y las ideas de todo un periodo para el PP, para Aznar y la democracia española. Y enterró, por orden de Fraga, la corta y frustrante etapa de Antonio Hernández Mancha como líder de una formación, AP, que aún se definía ideológicamente sin rubor como de derechas y que perdía una elección tras otra. Aquellos tiempos ya son historia, como los dirigentes que la protagonizaron.

Banquete de satisfacciones

Aznar regresa hoy a Sevilla, en este caso al Palacio de Congresos, para darse personalmente un banquete de satisfacciones. No hay ningún congreso interno convocado. El último, que se numeró como el XIII, terminó hace poco más de un año. El siguiente, que tampoco tiene que ser obligatoriamente el de su sucesión, está fijado para enero del 2002. La única justificación para la convocatoria de hoy en Sevilla es la exaltación de los méritos contraídos por Aznar para el PP desde entonces.

En el calificado como X Congreso Nacional del PP de Sevilla, bajo el lema Centrados por la libertad, el objetivo declarado era centrar al partido y reconvertirlo en una verdadera alternativa de gobierno al PSOE. Aznar en aquel cónclave asumió como propios pasajes del discurso ilusionante de Felipe González en 1982.

Federico Trillo, entonces vicepresidente del Congreso que finalmente ha presidido esta última legislatura, redactó los nuevos estatutos del PP para concederle más poder a Aznar. Cascos enunció la ponencia política, en la que aprovechó para atizar al PSOE "por usar el poder como si fuera un botín". Y el siempre polémico Alejo Vidal Quadras, fichado por Aznar para acabar con el mando en Cataluña de Jorge Fernández, al que se veía poco centrista, enmendó la ponencia de Cascos para darle un toque menos centralista y más catalanista.