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Al cumplirse un año del inicio del ataque de la OTAN a la República Federal de Yugoslavia, para imponer por las armas sus puntos de vista sobre Kosovo, hemos podido leer en los medios de prensa diversas declaraciones de los responsables de esa organización armada, evidentemente laudatorios para con la acción perpetrada, en la que sólo quieren ver aspectos benéficos, que los demás no somos capaces de apreciar. Es muy lamentable que los responsables de la OTAN no hayan aprovechado las enseñanzas de este conflicto, su desarrollo, y el actual y evidente desastre de Kosovo, para hacer un balance más objetivo y quizá autocrítico de su decisión, que realmente fue un trágico error, como reconocen, en público y en privado, analistas imparciales, que en su momento incluso alentaron la intervención.Las guerras y los bombardeos con uranio -empobrecido o no- nunca son la solución, ni los incendios se apagan con gasolina; obviedades que la OTAN no quiere todavía reconocer, lo que hace temer repitan antes o después el error.-
