Un periodista de Venezuela denuncia el acoso 'ilegal' de una juez

La juez venezolana Miroslava Bonilla ha mantenido la orden de arresto librada el 9 de febrero pasado y la reapertura del proceso judicial ya prescrito hace un año contra el director de la revista Exceso, Ben Ami Fihman, y la periodista de la misma publicación Faitha Nahmens, acusados de difamación e injuria por un reportaje publicado en 1996 sobre el sonado asesinato del empresario Casto Martínez. Ante esta decisión, Fihman ha denunciado en París, donde se encuentra actualmente refugiado, las amenazas que sufren los medios de comunicación venezolanos en el clima de inseguridad y agresividad que reina en el país y su desconfianza en la justicia venezolana, sometida a una serie de reformas que, en su opinión, no garantizan las libertades constitucionales.Considerado como el primer juicio contra la prensa desde la subida al poder del Gobierno de Hugo Chávez, en febrero del año pasado, el caso de Exceso ha logrado la solidaridad, además de las organizaciones locales, de entidades internacionales como la Sociedad Interamericana de Prensa, la Asociación Mundial de Periódicos y Reporteros Sin Fronteras. Según Fihman, premio nacional de Periodismo en su país, varios elementos apuntan a la "ilegalidad" del proceso judicial en su contra puesto en marcha por Ginebra Martínez de Falchi, hija del asesinado y esposa del banquero prófugo Folco Falchi.

En primer lugar, el juicio iniciado en 1996 había prescrito legalmente el año pasado. Además, la juez Bonilla acaba de ser descalificada por el Tribunal de Apelaciones de Caracas por haber sobreseído el caso relativo a una banda de falsificadores de dólares sin siquiera haber enjuiciado a los acusados. "Es muy grave que la juez Bonilla siga adelante con un juicio contra nosotros mientras pone en libertad a unos delincuentes como los falsificadores de moneda", dijo Fihman, que subrayó que el Gobierno de Chávez no debería tolerar las aberraciones que se dan en el sistema judicial venezolano.