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CIENCIA

Aplausos de corazón

¿En qué se parece un coro de grillos, la actividad de las células cardiacas que provocan el latido, una ovación, un grupo de personas andando y el ciclo menstrual de dos mujeres que viven juntas? La respuesta es que, al parecer, en estos procesos se produce una armonización entre los individuos participantes que hace que se sincronicen en poco tiempo.Un grupo de científicos, dirigido por Albert-Lazslo Barabasi, profesor de física de la Universidad de Notre Dame (EE UU), ha estudiado por qué los aplausos que cierran un concierto o una obra teatral tienden rápidamente a sincronizarse y adquirir un ritmo determinado, normalmente de forma inconsciente para los propios aplaudidores.

Según su investigación, publicada en Nature, se trata de un "proceso dinámico de autoorganización" y responde a los mismos esquemas que rigen otros fenómenos sociales y también naturales, como la histeria colectiva, el comportamiento de los espectadores de un evento deportivo, las reacciones químicas oscilantes o los movimientos sincronizados de algunos grupos de aves en el aire.

Aunque su estudio se ha centrado en el análisis de los aplausos, el modelo que han desarrollado podría servir para estudiar todos los procesos antedichos y muchos otros. "La modelización del aplauso sincronizado va más allá de la descripción de este fascinante ejemplo de autoorganización social y ofrece sugerencias que pueden ser útiles en la descripción de sincronizaciones que se producen en otros sistemas complejos", dice Barabasi.

De especial interés sería su aplicación al estudio de las células que disparan el latido cardiaco, porque podría dar pistas sobre el origen de algunas irregularidades en el ritmo del corazón de funestas consecuencias. Según Tamas Vicsek, miembro del equipo que ha realizado la investigación "ésta es aún una investigación básica, pero esperamos que proporcione un mejor conocimiento de estos fenómenos y aplicaciones útiles. Creo que en principio permitirá estudiar fenómenos sociales colectivos, como la moda o el pánico".

Los científicos no han completado aún el modelo matemático que subyace en estos fenómenos. "Estamos trabajando en ello y hemos hecho otra aproximación teórica. Nuestra interpretación se basa en el modelo de Kuramoto de sincronización de osciladores acoplados", dice Vicsek.

Barabasi y sus colegas realizaron tres experimentos en directo, grabando los aplausos producidos en espectáculos teatrales y operísticos celebrados en Hungría y Rumanía mediante micrófonos colocados estratégicamente en el techo y en determinados puntos de los locales. Los primeros permitieron disponer de grabaciones generales de las ovaciones y los segundos arrojaron información sobre los procesos locales para saber cómo evolucionaba por sectores e incluso entre determinados individuos. En total se analizaron 47 grabaciones.

El éxito de la representación se mide por el ruido total producido por los aplausos, ya que, como es obvio, cuanto más haya gustado más fuertes serán y más tiempo durarán. Con la sincronización, la señal se hace mucho más fuerte en cada golpe, pero también produce un efecto insospechado: el ruido medio disminuye. "Esto es bastante sorprendente, porque uno esperaría que el impulso a la sincronización se produce por el deseo de la audiencia a expresar su entusiasmo incrementando la intensidad media del ruido", dice Barabasi.

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