Stoiber: "Nadie llena el vacío que dejó Kohl"
El jefe del Gobierno de Baviera, el socialcristiano Edmund Stoiber (CSU), de 58 años, se muestra escéptico sobre la posibilidad de llenar el vacío que ha dejado Helmut Kohl en las fuerzas populares europeas. En una entrevista con EL PAÍS, Stoiber opina que el conservadurismo europeo estará marcado por muchos rostros, entre ellos el de José María Aznar y el de Angela Merkel, sin la "dominancia" que ejercía Kohl. El político bávaro, que se opuso al euro y asedia incansablemente a Bruselas con su reivindicación de más competencias para las regiones, quiere ahora una discusión pública en profundidad sobre la ampliación al Este. En dos horas de conversación en Múnich, Stoiber reitera sus ideas sobre el federalismo en Europa y se manifiesta irritado ante las directrices de la cumbre europea de Lisboa. Asegura que la política europea del nuevo jefe del grupo parlamentario de la Unión Cristiano Demócrata (CDU), Friedrich Merz, coincide con la suya.Pregunta. ¿Es José María Aznar el nuevo rostro del conservadurismo en Europa?
Respuesta. Aznar juega un papel muy importante en el Partido Popular Europeo (PPE). Esto se debe también a que, junto con Wolfgang Schüssel y Jean-Claude Juncker, es el único jefe de Gobierno. De los 15 jefes de Gobierno de la UE, sólo tres presiden simultáneamente un partido popular.
P. ¿Puede Aznar llenar el vacío que ha dejado Kohl en la derecha europea?
R. No creo que podamos restablecer ahí un peso como el que tenía Helmut Kohl, que se debía en parte a la extraordinaria duración de su mandato. El PPE tiene muchas personalidades y no está marcado por una sola de ellas. El éxito electoral ha fortalecido el papel de Aznar. El rostro de los conservadores en Europa estará marcado por Angela Merkel, por Aznar, por Schüssel.
P. A los conservadores les resulta difícil perfilarse ante los socialdemócratas como Blair, Wim Kok o el canciller Schröder, que propagan la idea liberal.
R. El PPE está formado por partidos de centro. Hay una lucha por el centro y los socialdemócratas se distancian de muchos dogmas, aceptan más la competencia y relegan -por lo menos verbalmente- a un segundo plano la ideología del reparto. Pero los socialistas no podrán nunca apoderarse del centro como lo han hecho la CDU, la CSU, el Partido Popular en España, la UDF en Francia, o el ÖVP en Austria. La cumbre de Lisboa ha intentado resolver a base de planificación problemas europeos, como el paro y el crecimiento económico. En Lisboa han decidido lograr un crecimiento del 3% , y yo me pregunto por qué no deciden ya de inmediato un 5%. Esta regulación centralista no es el centro. El centro significaría más confianza en la capacidad de los países de resolver los problemas y más competencia. El centro supone que uno está abierto sin dogmas para los procesos modernos, pero al mismo tiempo no corta los puentes con la tradición. Movimientos como el de Bossi, en Italia, o el de Heider, en Austria, no pertenecen al centro democrático.
P. Pero los socialdemócratas, que están en el poder, aseguran que el centro les pertenece. ¿Qué significaría un conservadurismo moderno?
R. Deberíamos mantener un debate sobre este punto y también sobre la política europea. La cumbre de Lisboa tomó medidas muy importantes, que hay que discutir en los parlamentos nacionales y en la opinión pública nacional, ya que no tenemos ninguna opinión pública europea. Jacques Delors dijo una vez que iba a reducir el paro a la mitad. ¿Y qué ha pasado? Nada. Es falso creer que se puede conseguir el crecimiento económico y el descenso del paro sólo con papeles y decisiones. Hay que aclarar lo que se debe armonizar a escala europea y lo que no.
P. Usted reitera que Bruselas es demasiado poderosa y que le gustaría recuperar competencias. ¿Cuáles?
R. Muchos no saben ya quién responde de qué: Europa, los Estados miembros o las regiones. Debe existir una regulación clara de competencias. La Europa de mañana con 27 países no puede funcionar con una arquitectura centralista. La Comisión cree, por ejemplo, que la garantía que el sector público alemán da a las cajas de ahorros es una subvención. Aceptarlo supondría la desaparición de un instrumento esencial para financiar las empresas medias básicas para la economía alemana. Europa debe esforzarse más para reforzar el sistema de defensa militar europea. Esto sí es una tarea europea, que obliga a los países a ceder soberanía. Europa debe coordinar más la política exterior.
P. ¿Qué han hecho mal los europeos para que el euro baje ante el dólar?
R. Tenemos poco crecimiento económico y mercados demasiado regulados. Además, una ampliación al Este demasiado rápida haría que el inversor prefiriera los dólares al euro, porque no sabe qué pasará con esta moneda. Si se aceptara ahora a países cuya economía no es capaz de resistir la presión competitiva del mercado europeo interno, estos países sufrirían graves turbulencias. Portugal, España, Irlanda y Grecia reciben aún dinero del fondo de cohesión, porque no han llegado al 90% del PIB de la UE. Paralelamente, negociamos con países que tienen entre el 30% y el 50% del PIB medio de la UE. El sistema no se ha pensado hasta el final. Hay que ver cómo organizarlo para que se pueda hacer la ampliación sin transferencias extras. En la cumbre europea de Berlín, hace un año, perdimos una gran oportunidad de reformar el presupuesto comunitario. Todavía tenemos el fondo de cohesión, pero al mismo tiempo queremos admitir a muchos países débiles a los que no se puede ni se quiere dar muchas prestaciones. Necesitamos un gran debate. El canciller debe informar a la opinión pública sobre las negociaciones de la ampliación al Este y sus consecuencias para Alemania. Debemos también discutir si hay fronteras geográficas y culturales de la UE.
P. ¿Cómo en Turquía, por ejemplo?
R. Turquía es un aliado importante, pero si Turquía ingresa en la UE, también tengo que aceptar a Túnez y Marruecos. Y tal vez a Rusia o a Irán e Irak. Tenemos que discutir si el carácter de la Unión cambia de forma fundamental con el ingreso de Turquía. Si el Gobierno no comienza una discusión amplia en el Parlamento, entonces puedo imaginarme que nosotros daremos impulso a esta discusión con una recogida de firmas.
P. ¿Qué opina del comportamiento de la Unión Europea ante Austria?
R. Si se discrimina a un país prescindiendo de las normas del Tratado Europeo, a la larga se demorará el propio proceso de integración de Europa. Creo que los austriacos han actuado de forma muy inteligente, sin amenazas y sin alterarse.
P. ¿Cómo explica la división de los partidos populares europeos sobre Haider?
R. No hay diferencias sobre la forma de enjuiciar a Haider, las hay sobre la forma de reaccionar. En Viena, la vida democrática transcurre como en Múnich o París. Por eso considero equivocada la reacción ante la expresión del deseo popular de una nación. ¿Hasta dónde puede interferir la UE en la soberanía nacional? Sobre eso tenemos que hablar.
P. La candidata a presidenta de la CDU, Angela Merkel, no ha puesto aún a prueba su capacidad en temas económicos y europeos...
R. Angela Merkel tiene ya hoy una popularidad mayor que Schröder, quien debe de estar profundamente dolido de haber sido arrollado en las encuestas. Merkel tiene un enorme apoyo en el partido y en la opinión pública. Es una persona extraordinariamente competente.
P. ¿Representa Friedrich Merz los interes de Baviera en temas europeos?
R. Nadie representa los intereses de Baviera mejor que la CSU. No veo ninguna diferencia entre la política europea de Merz y la de la CSU. En lo que se refiere al desarrollo europeo, hay un amplia coincidencia entre Merz y yo. Hablamos mucho. Está totalmente de acuerdo conmigo en que debemos lograr un claro deslinde de competencias y en que debe haber un verdadero debate sobre el desarrollo europeo.
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