"Más que una buena canción, 'Macarena' es un buen negocio"
José Tomás Martínez (París, 1965) responde igualmente cuando le llaman François, Big Toxic o Smol Tosí. Cuatro identidades para un mismo artista que ha puesto música a tres montajes de La Fura dels Baus y otros tantos del Ballet Contemporáneo de Antonia Andreu. Un reconocido productor, compositor, remezclador (entre otras canciones, de Macarena, de Los Del Río), pinchadiscos y empresario (dirige una discográfica y un estudio de grabación) que hoy (22.00) presenta las canciones de su estreno, Love &... (Subterfuge), en la sala Gwendolyne de Getxo.Pregunta. ¿Cómo es un concierto de Big Toxic? ¿Lleva todo grabado?
Respuesta. No. Hago todo en directo con un ordenador, samplers, sintes, mesas de sonido y efectos. Lo que está grabado son voces y determinados loops acústicos, pero la programación se dispara en directo. Se le da a un botón para arrancar el secuenciador, pero la cosa no está hecha. Es una música abierta a la modificación.
P. Nació en París. ¿Se encuentra a gusto en España?
R. A veces sí he tenido ganas de decir "me voy a cualquier sitio que no sea este", porque esto está todavía muy atrasado y, a lo mejor, me iría a Berlín, a Amsterdam o a Londres.
P. Así que no le gusta la música electrónica española.
R. No, si el problema no es la música; a veces es la respuesta del público. El mercado es muy conservador y, como está muy relacionada a la cultura de las drogas, hay menos fiestas de las que sería deseable. Y menos cultura.
P. ¿Queda mucho por explorar en la electrónica?
R. Claro. Es como si en los sesenta se dijera qué más se puede hacer con una guitarra eléctrica. Va evolucionando y el avance tecnológico es impresionante. Ahora sólo falta aplicarlo en hacer cosas buenas.
P. ¿Es Macarena una buena canción?
R. Joder... Uhm, es un buen negocio para algunos.
P. ¿Incluido Big Toxic?
R. A mí solo me ha dado problemas. Fangoria y yo creemos que tenemos derecho a que se aplique la ley con respecto a los arreglos, porque la compañía llegó incluso a publicar la partitura de la remezcla, lo que es una manera de reconocer que existe una variación clara frente al original, y, de momento, más que nada estoy sufriendo la venganza de la editorial por meterme en un proceso legal para reclamar esos derechos.
P. ¿Cree que la música debe relacionarse con otras artes para crecer?
R. Sí, si no sería solamente un producto de consumo. Y es que mis referentes no son exclusivamente musicales; soy fruto de todas las cosas que me han seducido y apasionado, como puede ser el constructivismo, el dadaísmo, la música experimental y la clásica contemporánea. Cosas que tienen que ver más con el arte que puramente con la música.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.