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Corderos contra el racismo

No hay mejor manera de seducir que por el estómago. Y no hay mejor plato que un guiso de cordero para dar a conocer las delicias del mundo islámico. Así lo entendió en Granada un grupo de mujeres marroquíes que, para conmemorar el pasado martes el Día Internacional contra la Discriminación Racial, invitó a mujeres españolas a una particular celebración de la Fiesta del Sacrificio musulmana con el objeto de hacerlas partícipes de sus tradiciones. Fueron corderos contra el racismo.La Fiesta del Sacrificio, o del Cordero, que se celebró el pasado viernes en todo el mundo musulmán, es equiparable a la cena de Navidad de los cristianos y conmemora el sacrificio que estuvo a punto de realizar Abraham (Ibrahim para los musulmanes) matando a su hijo Ismael cuando Dios dispuso que no lo hiciera y que, en lugar de su hijo, matara un cordero. Para los musulmanes, es un día de reconciliación y deseos de paz para todo el mundo.

"Nosotras queríamos hacer de esta fiesta un día de paz y una celebración multicultural para dar a conocer nuestras cosas a la gente de Granada", explicaba Iksan Ben Terras, de la Asociación de Mujeres Marroquíes Árabes (Assmar), organizadora de los actos. "Es una forma de luchar contra la discriminación".

En el colegio Bermúdez de Castro, en el Albaicín, con toda la Alhambra al frente, mujeres marroquíes y españolas se mezclaron para explicar sus costumbres y degustar los deliciosos platos marroquíes. En una misma mesa, una joven iraquí ataviada con el tradicional hiyab (pañuelo), explicaba los tipos de dulces que se comen en su país; una marroquí contaba lo que es el ambiente de fiesta en cualquier ciudad del país magrebí y una española relataba su recuerdos de las viejas matanzas de cerdo en los pueblos granadinos.

"Queríamos que alguien también nos explicara lo que es la fiesta de la matanza en España para encontrar los puntos de comparación con la Fiesta del Cordero", señalaba Ben Terras que, como el medio centenar de hombres y mujeres que abarrotaban la sala de conferencias, tanto musulmanes como cristianos, siguió con interés las explicaciones de la española.

Luego llegó el cordero, servido al exquisito modo árabe, acompañado de arroz con guisantes, refrescos, pastas y té de yerbabuena, mientras la concejal de la Mujer del Ayuntamiento de Granada, Asunción Jódar, regalaba varios ejemplares de un catálogo de pintoras granadinas actuales a las integrantes de la asociación.

"Es un día para olvidarnos de la maldad y de los odios, y para que el hombre que tenga una disputa con un vecino acuda a reconciliarse con él", señalaba por su parte Yamila Belkasmi, que actualmente investiga el fenómeno de la inmigración femenina en España y que fue la encargada de explicar todos los pormenores de la fiesta, conocida habitualmente en árabe como Aid Al-Kebir (la fiesta grande). "Es como la Navidad, en que todo se engalana y el corazón debe estar limpio".

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El conocimiento y el contacto entre la gente son los mejores antídotos contra el racismo. Igual que la música, que no faltó en la fiesta del martes de la mano del violinista y cantante Muhammad El-Akel, de manera que, para los marroquíes que no habían podido ir a su país a celebrar la jornada fue como estar en casa, mientras que para los españoles fue descubrir un mundo diferente. Y es que, a veces, la mejor manera de combatir el racismo y la intolerancia es a través de la gastronomía y platos excelentes.

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