La empleada de correos juzgada dice que se quedaba cartas para repartirlas en horas libres

R.C.P., la empleada de Correos acusada de sustraer 845 objetos postales en Pasaia y San Sebastián, declaró ayer ante el jurado que se vio desbordada por el trabajo y que guardaba en su garaje las cartas con direcciones erróneas o destinatario no identificado para repartirlas en sus horas libres. La acusada, visiblemente nerviosa, realizó estas declaraciones durante la primera jornada del juicio que se sigue contra ella en la Audiencia donostiarra. El fiscal le imputa un delito de infidelidad en la custodia de documentos, por el que pide dos años y seis meses de prisión y una multa de 480.000 pesetas.La procesada negó la existencia del delito y aseguró que tenía la intención de repartir la correspondencia retenida. Relató que se encontraba con numerosas dificultades para realizar el reparto postal: "Unas veces venían mal las direcciones, otras no figuraba ni el número del portal ni el del piso; otras, no había luz". La acusada reiteró a lo largo de toda la vista que prefería no devolver las cartas no repartidas a Correos hasta no hacer todo lo posible para entregarlas, porque si no, "nunca las habrían recibido los destinatarios". Ellla prefería proseguir con el reparto "por la tarde, los sábados o los domingos".

R.C.P., quien trabajó como eventual en las oficinas de Correos de Pasaia y San Sebastián en enero y febrero de 1997, reconoció su miedo a perder el empleo: "Quería hacer todo bien para que me volvieran a contratar porque tengo familia y necesitaba el trabajo". La acusada sigue trabajando para este organismo porque el despido fue declarado nulo por cuestiones formales.