Un concejal de Boadilla forcejea con la policía tras ser expulsado del pleno
El pleno de ayer en Boadilla del Monte (18.900 habitantes) tenía 22 puntos en el orden del día. Pero no pasó del noveno. Y acabó en bronca. El concejal Ángel Galindo, hasta ayer del Grupo Mixto, se enfrentó a dos policías locales que trataban de sacarle del pleno municipal por orden del alcalde, Arturo González Panero, del PP. El hijo del edil expulsado intervino en apoyo de su padre y se involucró en la trifulca. El regidor expulsó a Galindo de la sesión después de tres advertencias por haber insultado a un concejal de la agrupación Eficacia Independiente (EI), José María Amézqueta, primer teniente de alcalde -el PP gobierna en coalición con EI-. Luego de tres horas y media de sesión, el alcalde suspendió el pleno porque Galindo mantuvo su negativa a abandonar la sala.Galindo calificó a Amézqueta y a su compañero de partido y del equipo de gobierno, Ramón González Bosch, de "falsos", sinverguenzas", "delincuentes", "cínicos" y "mentirosos". Aseguró que les insultó porque le habían provocado. "Amézqueta ha insinuado en el pleno municipal, delante del público, que yo le he pinchado las ruedas del coche y eso es falso, y Bosch me ha provocado", afirmó Galindo. Amézqueta también aseguró que Galindo tenía intereses urbanísticos en la localidad.
Documento consensuado
Antes de la trifulca, el equipo de gobierno de Boadilla pudo aprobar, entre otras cosas, la anulación del Protocolo de Funcionamiento Institucional, aprobado en septiembre de 1999 y que permitió a cinco ediles cobrar sueldos por dedicación exclusiva: se trata de tres concejales del PSOE y los dos que en las pasadas elecciones municipales -del 13 de junio de 1999- se presentaron por el Grupo Verde y que meses más tarde se pasaron al Grupo Mixto (uno de ellos, Galindo). Este acuerdo permitía a cada concejal cobrar entre 4,6 y 5,2 millones de peseta anuales.
El citado protocolo fue un documento consensuado entre PSOE, Verdes y PP firmado en una época de inestabilidad política en Boadilla. El PP ganó las elecciones pero la entonces alcaldesa, Nieves Fernández, no contaba con el apoyo de todos los ediles populares. Cinco de sus siete concejales se amotinaron contra ella porque discrepaban de la forma en que había gobernado el municipio durante ocho años. Tras amenazarle estos cinco ediles con una moción de censura, Fernández buscó el apoyo de otros grupos políticos. Lo encontró en los socialistas, el Grupo Verde y Eficacia Independiente, si bien este último partido ha cambiado ahora de postura y, de hecho, es el que ha promovido la derogación del citado protocolo junto con los cinco ediles díscolos del PP.
Fernando Nuño (PSOE), recriminó ayer a EI el cambio de postura: "Sean ustedes valientes y reconozcan que ha cambiado de chaqueta", les espetó. González Bosch (EI) respondió: "Es inconcebible que cinco concejales de la oposición cobren por su dedicación exclusiva cuando sólo cuatro ediles del equipo de gobierno lo hacen". El pleno aprobó también la anulación del Grupo Mixto y convirtió a sus ediles en concejales adscritos.
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