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CULTURA

El director del IVAM pide a Tarancón que convoque al consejo rector para reubicar la obra de Sanleón

A primera hora de ayer, como había filtrado la noche anterior la propia Consejería de Obras Públicas, se consumó el traslado de facto de la escultura de José Sanleón desde el barrio de Velluters a la explanada del IVAM, sin que su director, Juan Manuel Bonet, fuera informado oficialmente de los tiempos y procedimiento. Bonet, que se encontraba de viaje de trabajo, envió ayer mismo una carta al consejero de Cultura y presidente del consejo rector del museo, Manuel Tarancón, para que convoque al máximo órgano de decisiones para "buscar una ubicación adecuada" de la obra.

La colocación de la obra de Sanleón en uno de los espacios más emblemáticos del museo -la explanada frente a la fachada principal- comenzó a las ocho de la mañana, ante el estupor y malestar de los trabajadores del Instituto Valenciano de Arte Moderno (IVAM). El equipo técnico del centro de arte no daba crédito a "la nocturnidad y alevosía" con que las consejerías de Obras Públicas y Cultura han ejecutado la decisión política de intervenir en un asunto de esta envergadura, sin pasar por el consejo rector -el máximo órgano de deliberaciones y decisiones-, concebido en los Estatutos fundacionales del IVAM como el órgano en el que se toman las decisiones, actividades y calendario del centro de arte, desde el nacimiento del museo hace 11 años.Juan Manuel Bonet, que se encontraba de viaje en Praga por motivos de trabajo, trató de ayer rebajar presión al conflicto generado por el precipitado traslado de la escultura y apeló al "consenso" para buscar soluciones. Según fuentes del museo, Bonet se dirigió ayer mismo al responsable autonómico de Cultura y también presidente del consejo rector para que en breve convoque una reunión que "contribuya a buscar una solución y una ubicación adecuada de esta obra".

La escultura de Sanleón -una antigua chimenea de barco refundida y abrazada por cables- es propiedad de la Consejería de Obras Públicas, ya que había sido comprada y ubicada en el marco del Plan Riva de remodelación del casco antiguo. Sin embargo, la negligencia del área de conservación y mantenimiento del Ayuntamiento de Valencia había acelerado el proceso de derioro de la obra. Además de que, según la firme defensa realizada esta semana en medios de comunicación por el propio autor, la escultura ha sido sometida al "boicot sistemático de sectores retrógrados". Sanleón, que ha tratado de mostrarse ajeno a la polémica y que es uno de los artistas próximos a la directora general de Promoción Cultural, Consuelo Ciscar, ha declarado que fue Cultura la que hizo una propuesta de traslado a la explanada del IVAM y que ésta fue aceptada inmediatamente por Obras Públicas. En su opinión, lo único que se busca es "dignificar" una obra que ha sido "virulentamente" degradada.

Sin embargo, la rápida intervención política de ayer, de la que aún no se ha explicado al museo si será provisional o definitiva, ha sido tomada en contra del criterio de la dirección del IVAM, que la noche del jueves (horas antes del traslado) desconocía los términos en que se iba a ejecutar la acción, e incluso confiaba en que el consejero de Cultura la paralizaría en espera de una solución negociada.

Pese a la intención de Bonet de evitar una polémica, la consumación de facto del traslado y la imposición de una obra en un espacio emblemático para cualquier museo, supone un duro golpe a la autonomía de gestión del IVAM. Máxime cuando el centro de arte moderno, en sus 11 años de funcionamiento y con tres directores nombrados por el anterior Gobierno socialista y uno por el PP, ha sido precisamente un modelo de autonomía, lo que ha contribuido a la consolidación de su proyección nacional e internacional.

El pulso lanzado ahora por Obras Públicas, debilita esta autonomía. Aunque, según fuentes del ambiente artístico y museístico, puede reforzar el papel independiente del consejo rector -integrado por vocales de reconocido prestigio internacional. De hecho, la posibilidad de que no fuera respetada la solución consensuada que adopte el consejo respecto a este conflicto, abriría un hito sin precedentes y un choque frontal entre el poder político y la dirección técnica y artística del museo.

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