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El déficit exterior se multiplicó por nueve el pasado año y alcanzó 1,94 billones de pesetas

La balanza exterior de la economía española ha sufrido un deterioro vertiginoso el pasado año. El saldo negativo ha sido de 1,94 billones de pesetas (11.672 millones de euros), un 820% por encima del año anterior, nueve veces más. En relación al PIB, la cifra supone el 2,1%, un nivel que no se alcanzaba desde el anterior periodo de expansión económica que terminó en el año 1992. La mejora del turismo, con otro año excepcional, no ha compensado el fuerte aumento del déficit comercial, sobre el que ha pesado el encarecimiento del petróleo, la debilidad del euro y la pérdida de competitividad.

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Según los datos publicados ayer por el Banco de España, el déficit de la balanza por cuenta corriente (intercambios de bienes, servicios, rentas y transferencias) alcanzó el pasado año 1,94 billones de pesetas (11.672 millones de euros), frente a los 211.100 millones de pesetas (1.268 millones de euros) del año anterior.Es decir, se ha multiplicado por más de nueve la cifra negativa de 1998. Este año marcó un giro en la posición saneada que la economía española había mantenido frente al exterior desde el año 1995. Y el pasado ejercicio ha supuesto un agravamiento de proporciones no conocidas desde el anterior periodo de expansión económica (1989-1992).

En relación al PIB, el saldo negativo representa el 2,1%, cuando en 1998 se había situado en el 0,2%, y en los tres ejercicios anteriores había sido positivo. El nivel de 1999 duplica, por ejemplo, el alcanzado por Alemania (1% del PIB) y se aleja del saldo positivo de Francia (2,6%).

Una de las diferencias reside en que la economía española ha crecido con más fuerza que estos países el año anterior. Ese crecimiento se ha basado en la demanda interna (el consumo, sobre todo), lo que ha tirado de las importaciones. Las exportaciones se han recuperado algo en la segunda mitad del año, aunque no han logrado superar el crecimiento de las importaciones.

Según los datos del Banco de España, el déficit comercial ha pasado de 2,77 billones de pesetas en 1998 (16.676 millones de euros) a 4,54 billones el pasado año (27.334 millones de euros), un 63,9% más. Esto es resultado de una tasa de crecimiento de las exportaciones del 6%, menos de la mitad del 14% en que han aumentado las importaciones.

Petróleo más caro

El registro del Banco de España mide los pagos e ingresos, mientras que el de Aduanas contabiliza los flujos de mercancías con independencia de cuando se hagan los pagos o ingresos, por ello, las cifras difieren. Según Aduanas, el déficit comercial aumentó un 52,5% el pasado año, resultado de un crecimiento del 5,6% en las exportaciones, frente a un 14% en las importaciones.

Además de que la economía española ha necesitado abastecerse mucho más de productos importados, otra de las causas del alto déficit comercial está en el encarecimiento del petróleo. Los precios del crudo se han duplicado en este último año, lo que explica una cuarta parte del aumento del déficit comercial el pasado año.

Aproximadamente el 30% de las importaciones españolas se realizan en dólares lo que, dada la depreciación del euro, explica también el desequilibrio comercial. Para el turismo, sin embargo, éste es un elemento positivo, insuficiente el pasado año para equilibrar la balanza por cuenta corriente. En 1999, el saldo por turismo fue positivo en 4,2 billones de pesetas (25.340 millones de euros), frente a los 3,7 billones de pesetas (22.302 millones de euros) del año anterior. Es decir, una mejora del 14%.

Por el contrario, en los intercambios de rentas (intereses por préstamos y depósitos en el exterior, sobre todo) el saldo negativo ha sido superior en un 26% al registrado el año anterior. También ha empeorado un 8% el superávit por transferencias (fondos de la UE para gastos corrientes, entre otras partidas).

La cuenta de capital -completa a la de cuenta corriente y registra sobre todo, las entradas de fondos de la UE para inversiones- ha conseguido un superávit de 1,11 billones de pesetas (6.690 millones de euros), superior a los 935.700 millones de pesetas (5.623 millones de euros) del año anterior.

Caída del ahorro

La diferencia entre la cuenta corriente y la cuenta de capital mide la necesidad o capacidad de financiación de la economía frente al exterior, que se ha deteriorado en torno a un billón de pesetas el pasado año. Es decir, la economía no ha generado suficiente ahorro por lo que ha tenido que recurrir al exterior para financiar sus inversiones.

Esto es resultado de una política económica que ha fomentado el consumo, a través de las rebajas fiscales, más que el ahorro. Es lo que ocurrió en el anterior periodo de expasión económica (1989-1992), que concluyó con tres devaluaciones de la peseta y altos tipos de interés.

Ahora España está dentro del euro y a resguardo de medidas traumáticas de este tipo. Pero el riesgo es que, si persiste la pérdida de competitividad de la economía española por tener una inflación más alta (el 3% en febrero pasado), la factura se pague en crecimiento económico.

La cuenta financiera, es decir, el flujo de inversiones, muestra, además, que son mucho más fuertes los movimientos de salida que de entrada. En inversiones directas y de cartera (en acciones no cotizadas) de España en el exterior, las salidas fueron de 5,4 y 7 billones de pesetas respectivamente. Las extranjeras en España, alcanzaron 1,4 y 6,8 billones.

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