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La juez de Mislata cede a la Audiencia Nacional el caso de los 13 neonazis acusados de quemar sedes políticas

La juez de Mislata que instruía el caso de los 13 neonazis acusados de incendiar con cócteles mólotov tres sedes políticas en el área metropolitana de Valencia durante la campaña electoral decidió ayer inhibirse y remitir las diligencias a la Audiencia Nacional para que se haga cargo de ellas.En la resolución, la titular del Juzgado de Instrucción número 2 de Mislata, Mercedes Galoto, esgrime diversas sentencias del Tribunal Constitucional y el Tribunal Supremo para mostrar que este colectivo neonazi, la Hermandad Nacional Socialista Armagedón, tiene las mismas características que las "bandas armadas con cierta estabilidad y permanencia" que define la jurisprudencia, por lo que considera que este caso es competencia de la Audiencia Nacional.

Además, la juez Galoto se basa en esta jurisprudencia para equiparar los actos de sabotaje contra estas sedes políticas a los que comete Jarrai (las juventudes de HB) en el País Vasco. Los panfletos y pintadas contra la democracia y los partidos que dejaron los neonazis en las sedes incendiadas decidieron a esta juez, en cuanto recibió las diligencias la pasada semana, a inhibirse en favor de la Audiencia Nacional.

La juez no ha modificado la situación de libertad con cargos y sin fianza en la que estaban los detenidos, 10 chicos y tres chicas de 18 a 25 años, vecinos de Valencia, Xàtiva y Llombai. La Policía asegura que es un grupo "muy peligroso" que tiene conexiones con fascistas italianos y ha protagonizado agresiones racistas y peleas en estadios de fútbol.

Galoto envió ayer el auto de inhibición a la Fiscalía para hacerle saber su postura en este caso. Esta juez no es la primera que rechaza encargarse del caso. El pasado 6 de marzo, tres jueces de Valencia, Xàtiva y Picassent (los partidos judiciales en los que fueron detenidos los 13 neonazis) decidieron dejarlos a todos en libertad con cargos tras tomarles declaración, e inhibirse a favor del juzgado de Mislata porque el primer incendio, el de la sede de Esquerra Unida en Xirivella, se cometió en su jurisdicción.

Uno de estos jueces, el titular del Juzgado de Instrucción número 2 de Valencia, Félix Blázquez, reconoció que el caso de los neonazis era "una patata caliente" y ningún juez "quería hacerse cargo de ella". No en vano, Blázquez y el juez que estaba de guardia el 6 de marzo pasaron varias horas discutiendo a quién le tocaba interrogar a los detenidos.

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