La falla más cara de la historia se desploma por desafiar a la gravedad
La falla más cara de la historia de Valencia, la de Cuba-Buenos Aires, tasada en 32 millones de pesetas y con 25 metros de altura, se desplomó ayer a la hora de la mascletà. Un conjunto de figuras de una docena de metros y más de 2.000 kilos de cartón, poliéster y espuma cedió hacia un costado y se estrelló contra el suelo con gran estrépito.Los ninots desplomados (troncos de un árbol milenario y animales que presidían sus copas) rebasaron las vallas de seguridad y cayeron en el umbral de un patio, el número 10 de la calle de Dénia, en el barrio de Russafa. Por suerte, a esa hora no transitaba ningún peatón por el chaflán de las calles Dénia-Sueca, a las que habían trasladado el monumento por sus grandes dimensiones. Fernando Domínguez, uno de los operarios que estaban montando la falla, relató que oyeron un crujido y salieron de allí antes de que se desmoronara.
El artista de Borriana que diseñó la falla, Juan Carlos Moles, reconocía ayer que había "desafiado a la gravedad" porque en un intento de asombrar al público y al jurado con su atrevimiento "se la había jugado" y había colocado unas figuras gigantescas en un equilibrio muy precario, "casi colgadas del aire". Moles añadió que una ráfaga de viento contribuyó a derribar la falla. Pero los meteorólogos calificaron como "moderadas" las rachas de hasta 44 kilómetros por hora registradas ayer.
Hasta la fecha, Moles sólo había diseñado fallas infantiles.Sus operarios reconocieron que el sábado, cuando empezaron a plantar la falla, ya notaron que se desequilibraba hacia un lado y retrasaron la colocación del ninot más elevado hasta que cesara el viento.
El promotor urbanístico y mecenas de la falla, Juan Armiñana, dijo ayer que asumieron el riesgo porque querían hacer "algo distinto". Para evitar nuevos desplomes ordenó que se retiraran las figuras elevadas y se redujera a 12 metros la altura de los restos de la falla.
