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Elecciones 2000

El avance de los populares frena el esperado ascenso del Bloque Nacionalista Galego

Xosé Hermida

Ni siquiera en Galicia, donde el PP lleva más de una década gobernando y se intuía que podían sufrir un leve desgaste, se detuvo su imparable avance. Los populares alcanzaron ayer proporciones que hasta ahora sólo estaban al alcance de Manuel Fraga en las elecciones autonómicas. Superaron el 53% de los votos emitidos y ganaron dos nuevos diputados. La principal víctima fue el PSdeG- PSOE, que sufrió un estrepitoso descalabro, pero también el Bloque Nacionalista Galego (BNG), que sólo pudo ganar un escaño y quedó lejos de su aspiración de formar grupo parlamentario.

El BNG confirmó el temor que escondían algunos de sus dirigentes durante la campaña electoral, cuando las encuestas le situaban al borde de conseguir grupo parlamentario: la formación nacionalista fue víctima de sus propias expectativas.El BNG aumentó a tres sus escaños en el Congreso y prosigue la escalada electoral de la última década, pero la aspiración de los nacionalistas era conseguir cinco escaños, un propósito alimentado no sólo por las encuestas de la campaña, sino por los primeros sondeos dados a conocer anoche tras el cierre de los colegios. Los nacionalistas suben del 12% al 19% de los votos emitidos con respecto a 1996. Sin embargo, el número absoluto de sufragios - 293.000- queda por debajo, en 30.000, de la cota alcanzada por los nacionalistas en las europeas de 1999.

La noche tuvo un tono agridulce en la sede del BNG. Su líder, Xosé Manuel Beiras, se esforzó por resaltar los avances e incluso se permitió una broma al hablar de la mayoría absoluta del PP. "Van a ejercer el poder de forma omnímoda, no saben actuar de otro modo, pero menos mal que nos queda Portugal", ironizó. Sentado a su izquierda, el reelegido diputado en el Congreso Francisco Rodríguez no parecía, sin embargo, estar para bromas y en ningún momento abandonó su gesto adusto.

"Hemos estado por debajo de las expectativas", reconoció Beiras sin rodeos, "pero nosotros hemos cumplido, la que ha fallado es el resto de la izquierda. Prácticamente con los mismos votos que hemos tenido, podríamos haber logrado seis diputados si el reparto entre los partidos hubiese sido distinto, y en ese caso todo el mundo estaría hablando de un gran éxito. Pero lo que se ha producido es una concentración de voto en el PP". Los populares gallegos, en efecto, alcanzan dos nuevos escaños, arrebatados al PSOE, y suben del 48% al 53%, pese a que en votos absolutos apenas mejoran con respecto a 1996. La razón de esa paradójica alza de los populares es que los socialistas perdieron más de 200.000 sufragios, parte de los cuales se fueron al BNG y la mayoría, a la abstención, que subió dos puntos, del 29% al 31% respecto a marzo de 1996.

"Nosotros no tenemos ningún grupo mediático y económico detrás, y en ese sentido nuestros resultados son enormemente positivos", insistió Beiras, quien sostuvo además que él nunca había considerado como un "fetiche" la consecución de un grupo parlamentario propio. El dirigente gallego se felicitó de la subida del PNV y lamentó la dimisión de Joaquín Almunia, para quien tuvo palabras de afecto. Opinó, sin embargo, que el pacto de la izquierda, aunque "positivo", se había hecho de forma "precipitada".

Cambio en el PSOE

En cuanto al aumento de la abstención, Beiras se mostró contundente: "Para que el fascismo progrese es necesario que avance también el pasotismo político y electoral y se produzca un clima social de impunidad". Beiras repitió anoche, como hizo durante la campaña, que el PP encarna un fascismo camuflado, un "criptofascismo" en sus palabras. "Los gallegos ya lo sabemos tras diez años de mayoría absoluta de [Manuel] Fraga [presidente de la Xunta gallega]", agregó; "ahora se van a enterar por ahí fuera".

Ante las nuevas circunstancias políticas, el líder nacionalista hizo un llamamiento a la colaboración de todos los partidos parlamentarios para hacer frente al PP. Esa acción conjunta debería incluir, opinó Beiras, un cambio en la actitud del PSOE hacia los nacionalistas, una de las causas, según él, del descalabro socialista en las elecciones de ayer.

El triunfo abrumador del PP en Galicia, el hundimiento del PSOE y la subida por debajo de lo previsto del Bloque desataron de inmediato las especulaciones sobre un posible adelanto de los comicios autonómicos previstos para 2001. Pero Fraga, de 76 años, desmintió anoche que esté considerando tal posibilidad.

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Sobre la firma

Xosé Hermida
Es corresponsal parlamentario de EL PAÍS. Anteriormente ejerció como redactor jefe de España y delegado en Brasil y Galicia. Ha pasado también por las secciones de Deportes, Reportajes y El País Semanal. Sus primeros trabajos fueron en el diario El Correo Gallego y en la emisora Radio Galega.

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