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Elecciones 2000LAS CUESTIONES PLANTEADASANTONIO GILAsesor fiscal, 29 años PURIFICACIÓN OVIDIOAma de casa, 36 años MARÍA REYNOLDSSecretaria, 25 años SILVESTRE GÓMEZ ZAFRAOficial de notaría, 63 años FACUNDO GILMédico, 66 años CÁNDIDA MARTÍNEZAma de casa, 44 años ROSA CANSADOEstudiante, 20 años FAUSTINO RUBIOOficial de la policía, 48 años

Una campaña tranquila que no altera la intención de voto

Enric González

¿Qué ocurrirá hoy en Almendralejo? ¿Se mantendrá el tradicional paralelismo con los resultados electorales del conjunto de España? Por el momento, tal vez se pueda extrapolar un rasgo muy concreto del ánimo ciudadano: el voto socialista prefiere permanecer oculto. Eso coloca un gran interrogante sobre la fiabilidad de las encuestas. Otro elemento es la fidelidad del voto, que gracias a la campaña electoral puede concretarse, pero muy difícilmente cambia de un partido a otro. Si algo aparece claro antes de que se abran las urnas es que la ciudadanía considera -con aprecio- que la campaña recién terminada no ha alcanzado los niveles de crispación de otras convocatorias.El elector da su confianza a un partido determinado por razones muy variadas y, en ocasiones, muy difíciles de explicar. Uno de los componentes del grupo de almendralejenses con los que EL PAÍS ha seguido la campaña vota siempre al mismo partido, por razones antiguas y sentimentales: era el partido de sus padres. Su voto es inmutable. Algún otro puede valorar de forma positiva la gestión de José María Aznar durante los pasados cuatro años, sin que ello le parezca razón para darle su voto. La fidelidad es muy notable. Quizá por ello ninguno de los ocho ciudadanos de Almendralejo ha variado sus opiniones durante la campaña. Algunos, por esa misma razón, la califican de inútil. Otros sí la ven útil, aunque sólo les haya servido para reafirmar lo que ya pensaban un mes atrás.

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La distribución de los votos en el grupo está igual que en febrero, cuando cada uno de sus componentes fue elegido según criterios de paridad: cuatro hombres y cuatro mujeres; cuatro que tendían a la derecha, cuatro que tendían a la izquierda. Como en febrero, sólo uno de ellos no tiene aún totalmente decidida la papeleta que introducirá en la urna. Faustino, oficial de la Policía Nacional y licenciado en Derecho, hombre de talante muy moderado, escéptico acerca de la fiabilidad de los políticos cuando hacen promesas, ha votado en anteriores elecciones tres opciones distintas. En esta ocasión, cabe deducir que duda entre PP y PSOE. Cuando respondió al primer cuestionario, suponía que el 12 de marzo iba a inclinarse por José María Aznar. Su gestión gubernamental le parecía correcta y, en cambio, desconfiaba del pacto de la izquierda. La campaña, sin embargo, no ha conseguido fijar esa tendencia inicial. Sus dudas son, por el contrario, mayores que antes.

En general, la gestión del PP recibe un aprobado. Y su propaganda política, estas últimas semanas, obtiene una buena nota. Los adjetivos "profesional" y "eficaz" son los más repetidos cuando se define la campaña diseñada por Mariano Rajoy. Con los mismos adjetivos, o muy similares, se describe la imagen de José Maria Aznar. El actual presidente de Gobierno, sin embargo, no transmite en ningún caso simpatía o calidez. Respecto a los demás, el punto de vista es claramente subjetivo. Joaquín Almunia o Francisco Frutos pueden parecer "anodinos" y "desconocidos" o, por el contrario, "convincentes" y "honrados", según la tendencia política del opinante.

¿Qué poso deja la campaña? Uno muy inconcreto. A los ocho ciudadanos de Almendralejo no se les pidió que leyeran más prensa o vieran más informativos de televisión durante la campaña, y no lo han hecho. Lo que les queda tras estas semanas es una impresión de simpatía o antipatía, de confianza o desconfianza hacia los candidatos o sus partidos, pero muy pocas de las ofertas programáticas. Sólo tres de ellos han leído un programa electoral. Los dos votantes de IU, un militante y la hija de un concejal de ese partido, conocen la oferta que apoyará su papeleta. Antonio Gil ha leído el programa del PP, porque fue el único que apareció en su buzón.

En su conjunto, los ocho han retenido tres temas de campaña: los impuestos, las pensiones y las ayudas a las madres para que puedan compatibilizar familia y trabajo. La oferta fiscal de Aznar ha tenido impacto, pero con matices. El médico Facundo Gil la valora muy positivamente, pero lamenta que no incluya los impuestos indirectos. Antonio Gil, economista y asesor fiscal, también globalmente favorable a una reducción de impuestos, expresa dudas: "Dicen que ha bajado el IRPF, pero no que la presión fiscal ha subido". Aunque ellos distinguen y señalan la simplificación e inexactitud de los mensajes electorales, tienden a pensar que "la mayoría de la gente se los cree".

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1 ¿Qué le ha parecido la campaña?2 ?La campaña le ha hecho cambiar de opinión?

3 ¿Qué propuestas recuerda de los partidos?

4 ¿A quién piensa votar?

5 ¿Con qué ánimo vota?

1. La campaña comenzó suave y en conjunto ha sido menos dura que otras veces. Quien no haga un balance general de la campaña y se quede con lo último, tendrá la idea de que el gran tema han sido las pensiones. Ha sido una lástima que los grandes partidos no ofrecieran una imagen de unidad frente al problema del terrorismo.Parte de la campaña del Partido Popular ha sido subliminal, y creo que son ciertas las acusaciones sobre la parcialidad de TVE. Por parte del PSOE, me ha gustado el gran apoyo que ha recibido de intelectuales y artistas. Mi impresión es que los socialistas han dirigido sus mensajes a los más débiles, a los que menos dinero tienen. En cuanto a IU, se ha puesto del lado de los trabajadores y contra los empresarios.

A Aznar le preparan los discursos para que diga alguna gracia, pero no hay manera, el hombre no la tiene. Da mejor en el cara a cara que en los mítines, y sigue sin carisma. Almunia es mejor mitinero, y me parece que no se valora su talla con justicia porque se le compara con Felipe González. A Francisco Frutos también le comparan con Julio Anguita y a mí, la verdad, me gusta más Frutos; le veo más sincero y más apegado a las cosas concretas.

2. Al principio de la campaña tenía mis dudas. Ahora, ya no. Las cosas que he escuchado estos días me han servido para estar totalmente seguro de mi voto.

3. Recuerdo la promesa de Aznar de reducir o suprimir el Impuesto sobre Actividades Económicas (IAE), y recuerdo también la subida de pensiones que prometen tanto el PSOE como el PP. Ninguna promesa me ha interesado especialmente.

4. Prefiero no decir a quién votaré. Creo que en las encuestas miente el 90% de la gente.

5. Creo que hay que votar, sin ningún estado de ánimo en especial.

1. La campaña me ha parecido mucho menos agresiva que otras veces, más moderada, y eso es positivo. La ausencia de Alfonso Guerra, en mi opinión, ha contribuido a mejorar el tono. Pero los candidatos no han conseguido que crea en todas las promesas que hacen. Conforme una tiene más experiencia, se hace más incrédula frente a las campañas. Creo que es mejor fijarse en el trabajo diario de los políticos.El PP ha dado una imagen interesante, seria y responsable pero alegre; su campaña ha estado bien hecha, y no se ha basado en el desprestigio del contrario. Al PSOE le he prestado poca atención, y a IU, ninguna.

El físico de José Maria Aznar no me gusta, y detesto su bigote, pero le aprecio como político. Al contrario que otra gente, creo que Aznar sí tiene carisma. Lo que no tiene es simpatía. Almunia me ha parecido demasiado engreído al atacar todo lo que ha hecho el Gobierno del PP, sin distinciones entre aciertos y errores. Yo sigo añorando a Adolfo Suárez, el político que más me ha gustado en todos los aspectos. Es una lástima que el CDS haya caído en manos de Mario Conde. Por cierto, ¿de dónde saca ese hombre la pasta?

2. No he cambiado de opinión durante la campaña, por ahora veo las cosas mucho más claras que al principio. Las campañas electorales me parecen útiles, aunque sólo sea para eso, para fortalecer la intención de voto.

3. Recuerdo cosas que ha hecho el Gobierno de Aznar, pero ninguna promesa de ningún candidato para los próximos cuatro años.

4. Votaré al PP.

5. Iré a votar con ilusión, con la sensación de ayudar a una gente que me representa bien. Con el voto se pueden cambiar las cosas.

1. En la campaña se ha abusado del oportunismo. No me ha gustado que los candidatos utilizaran los atentados de ETA para intentar atraerse votos, eso ha crispado sin necesidad el ambiente. La verdad es que en cuanto aparecía en la televisión propaganda electoral o un debate sobre elecciones cambiaba de canal.El Partido Popular ha intentado transmitir una imagen de seriedad, de promesas cumplidas. José María Aznar me gusta, me parece un tío serio, aunque tal vez le convendría ser un poco más moderno, y le falta algo de chispa. El PSOE, creo, ha dedicado demasiado tiempo a atacar al PP y muy poco a explicar lo que harían si volvieran al Gobierno. A Almunia le he visto como un hombre insulso y con muy mala dicción: titubea al hablar. La campaña de IU apenas me ha llegado, era marginal. A su candidato, Francisco Frutos, no le conocía y sigo sin conocerle.

2. No han cambiado ni mi opinión ni mi voto; la campaña ha confirmado lo que ya pensaba. Creo que la campaña electoral es más útil en las municipales, en que se vota más a la persona que al partido.

3. Recuerdo la promesa de Aznar acerca de dar algunas ayudas económicas y crear guarderías para que las madres no tengan que elegir entre el trabajo o la familia. Ése ha sido el tema que más me ha interesado.

4. Votaré al PP.

5. Votaré con interés y con ánimo. Creo bastante en las promesas de Aznar. Y votaré con la idea de que el PP obtenga el apoyo que necesita para gobernar sin aliarse con los nacionalistas, sobre todo con el PNV. Si finalmente Aznar pacta con los nacionalistas vascos, me parecerá que incumple de forma grave los compromisos que ha adquirido en campaña.

1. Ha sido una campaña de tono en general correcto. Creo que IU ha tenido que moderarse, a causa de su acuerdo con los socialistas; que el PP ha intentado ningunear al PSOE y ha evitado, al menos hasta el final, los ataques directos; y que al PSOE le ha correspondido ejercer la mayor agresividad. Ha habido pocos insultos y menos descalificaciones personales que en anteriores campañas. Y, al menos en Almendralejo, ha habido menos bombardeo publicitario y menos folletos en los buzones.La propaganda del PP me ha parecido muy homogénea y muy trabajada. La del PSOE, en cambio, me ha parecido embarullada, con un cierto aire de improvisación. Mientras toda la campaña popular se centraba en la figura de José Maria Aznar, su candidato a la presidencia, la socialista parecía más grande que el propio Joaquín Almunia. En cuanto a la de IU, yo la calificaría de realista, sin promesas imposibles, y condicionada obviamente por el pacto con el PSOE.

Aznar ha transmitido una imagen de sobriedad, con algunos rasgos de prepotencia. Almunia ha improvisado, sus mensajes han ido un poco a remolque de los que lanzaba el PP, y a mí me ha dado una impresión personal de hombre tímido.

2. La campaña no ha modificado en lo más mínimo mis opiniones. Mi voto es el que tenía previsto, y mis impresiones previas sobre los candidatos y los partidos son las mismas que hace un mes.

3. Recuerdo promesas electorales sobre subidas de pensiones, tanto por parte del PP como del PSOE. Y lo de bajar los impuestos que promete Aznar. Lo que más me ha interesado personalmente ha sido el asunto de las pensiones.

4. Votaré a IU.

5. Voy a votar con esperanza, porque dicen que es lo último que se pierde.

1. Los mítines ya no tienen sentido en sí mismos. No tienen otro objetivo que ofrecer mensajes a la televisión y la prensa, que es lo que llega a la gente. No han abundado las ideas: creo que se insiste demasiado en cuatro mensajes que se repiten de forma machacona, en lugar de debatir de forma amplia y con matices. Un debate más serio ayudaría a los electores, porque ya tenemos alguna experiencia en el ejercicio de la democracia y sabemos distinguir. También considero excesivo el gasto en publicidad y en actos electorales, porque la gente llega a la campaña con una idea ya formada en el día a día, y se derrocha el dinero. Ha habido menos crispación que otras veces, eso lo considero bueno.La propaganda del PP me ha parecido positiva, porque se ha basado en los logros del gobierno saliente y en prometer que seguirán por el mismo camino. Al PSOE, desde la oposición, le ha tocado como aspirante desempeñar una actitud más agresiva, con más críticas al PP que propuestas propias. No me he fijado en IU.

La imagen de Aznar me transmite serenidad, responsabilidad, confianza. La de Almunia es más intranquila, menos definida, y sin duda le perjudica que Felipe González siga por ahí, solapándose con la imagen del nuevo candidato. Francisco Frutos me parece anodino.

2. La campaña me ha reforzado en mis ideas, y poco más.

3. Recuerdo las ofertas del PP de reducir el impuesto sobre la renta (y lamento que no digan nada sobre los impuestos indirectos), de subir las pensiones y de ayudar a que las madres puedan seguir vinculadas al mundo del trabajo.

4. Votaré al PP.

5. Iré a votar con ilusión, porque creo que España puede mejorar todavía más. Tengo confianza en la victoria del PP.

1. La campaña me ha parecido poco interesante. A los políticos se les nota cada vez más que piensan más en el voto que en el interés general, y prometen cosas imposibles. Sobre todo al final de la campaña: todo son promesas, y todos te aseguran, muy convencidos, que te harán feliz.El PP me ha parecido triunfalista, se daba autobombo continuamente. Y las televisiones le han ayudado: por las imágenes que elegían, siempre parecía que a sus mítines iba más gente y con más entusiasmo que a los mítines de la izquierda, y que la gente quería a Aznar más que a nadie. El PSOE ha ofrecido un perfil más bajo que en otras convocatorias, les he visto poco. Apenas me he fijado en nada de IU.

Aznar proyecta una imagen insulsa y, personalmente, no me cae bien. Joaquín Almunia sí me ha gustado. Me gusta cómo habla, y consigue que crea en lo que dice. No sé ni quién es Francisco Frutos.

2. Las campañas electorales no sirven para cambiar el voto ni las opiniones. Al menos, en mi caso.

3. Recuerdo la promesa del PP de hacer pasar el tren de alta velocidad por Badajoz. Y la de ayudar a las mujeres embarazadas, para que puedan volver a trabajar, también del PP. Y la de crear mucho empleo para los jóvenes, eso me parece que lo han prometido todos. A mí, lo que más me interesa es el empleo. Yo quiero un Gobierno que dé trabajo a todo el mundo.

4. El voto es secreto. Prefiero no decirlo.

5. Iré a votar temprano, por la mañana, porque hay que ir. Pero votaré sin ninguna ilusión. Ya me han defraudado otras veces, y mi opinión es que cada uno debe mirar por lo suyo, sin confiar en los gobiernos.

1. Ha sido una campaña tranquila, con menos insultos que hace cuatro años y mucha menos crispación. Me ha parecido notar menos actos públicos y en general menos propaganda.El PP ha hecho una buena campaña, insistente y eficaz, pero para eso tienen dinero y, sobre todo, medios de comunicación bajo su control que hacen llegar sus mensajes al público de forma que parecen más creíbles que en la publicidad oficial. El PSOE ha estado en su línea de otros años, y yo les criticaría un exceso de catastrofismo y demasiado hincapié en lo que va mal en España. No han sabido explicarme el programa socialista. IU me ha parecido didáctica, creo que han llegado a los jóvenes y su video publicitario me pareció bastante original.

Aznar no me ha resultado creíble. Proyecta una imagen de hombre serio y distante. A Almunia no le he visto como un líder; perdió las primarias dentro del PSOE, y eso, en mi opinión, le resta autoridad. El candidato socialista proyecta una imagen sosa, neutra, sin emociones a favor o en contra. Para ser un novato, Francisco Frutos lo ha hecho bien. Daba imagen de honestidad, no sé si de inteligencia.

2. Mis opiniones y mi voto no han cambiado en lo más mínimo durante la campaña.

3. Recuerdo la promesa de reducir impuestos por parte del PP y la de reducir la jornada a 35 horas semanales por parte de IU. No me ha interesado ninguna promesa concreta, pero sí seguir la evolución del acuerdo de la izquierda, y ver qué pensaba la gente sobre el acuerdo.

4. Votaré a IU.

5. El día de las elecciones es importante. Yo votaré con la idea de que IU obtenga los votos suficientes para hacer una oposición digna.

1. La campaña se me ha hecho corta. Creo que han faltado propuestas claras, constructivas, con detalles sobre cómo se van a hacer las cosas y cómo se van a financiar. Al final se ha abusado, como siempre, del ataque y de la descalificación.Me ha parecido que el PP intentaba transmitir una imagen de seriedad; el PSOE también, pero de forma más indefinida, no sé si voluntariamente o por falta de ideas claras. Quizá han pensado que para ganar les basta con movilizar a la gran masa de centro-izquierda que les ha apoyado en otras ocasiones. A IU la veo a la deriva.

José Maria Aznar se ha convertido en un buen vendedor. La experiencia de gobierno le ha dado desenvoltura y un cierto empaque. Transmite convicción. Almunia me ha parecido menos convencido y con menos tablas; le falta expresividad en la cara y creo que le pesa mucho haber perdido las primarias dentro de su propio partido. Yo hubiera preferido a José Borrell como candidato. A Frutos le falta muchísimo, y sufre en la comparación con Julio Anguita, que tenía un gran carisma. Frutos ha mostrado alguna disensión con el PSOE durante la campaña, y dudo que eso favorezca a ninguno de los socios del pacto de la izquierda.

2. Estoy exactamente igual que al principio de la campaña y tengo las mismas dudas.

3. Recuerdo las promesas sobre el IRPF y el IAE, formuladas por Aznar, y la paga extraordinaria a los pensionistas que promete el PSOE. Había que hablar más de la pequeña empresa, que es la que mueve el país.

4. Aún no he decidido mi voto.

5. Estoy segurísimo de no abstenerme. En primer lugar, porque la abstención significa un voto indirecto para el partido mayoritario. Y en segundo lugar, porque HB pide la abstención.

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