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EL JUICIO POR EL 'CASO LASA-ZABALA'

Los peritos no apreciaron manipulación en la cinta grabada por Bayo en prisión

Los peritos del Servicio de Policía Científica no apreciaron manipulación alguna en la cinta magnetofónica entregada por el acusado Felipe Bayo al juez instructor en agosto de 1997. Esta cinta recoge supuestamente la conversación que mantuvieron Bayo y su compañero Enrique Dorado con el teniente coronel Ángel Vaquero y el ex gobernador civil de Guipúzcoa José Ramón Goñi Tirapu, en la prisión militar de Alcalá de Henares (Madrid) el 4 de abril de 1997.En la grabación, entre otros detalles, Bayo anunciaba a Vaquero y a Goñi que no aguantaba más, que iba a contar la verdad al juez y que el general Enrique Rodríguez Galindo tenía que salir y reconocer que el secuestro de Lasa y Zabala lo hicieron mercenarios y que él y su compañero Dorado sólo los interrogaron. De esa forma saldrían de prisión. Vaquero le contestaba: "Tú crees que alguien se va a tragar que eso es verdad?". Y añadía que eso era "una ingenuidad muy grande".

Bayo, que en 1997 identificó a sus interlocutores y proporcionó una transcripción, dijo en el juicio que había manipulado la cinta en la cárcel en un ordenador provisto de un programa específico, juntando trozos de otras conversaciones y agregando ruidos.

Los peritos señalaron ayer, que no se apreciaron indicios de manipulación en la cinta, aunque no lo estudiaron específicamente porque nadie lo solicitó. Indicaron que realizaron una ecualización y una alteración de la velocidad en algún tramo para permitir una mejor audición, pero no que se hicieron otras manipulaciones.

Respecto a la posible creación de la cinta por parte de Bayo, señalaron que, aunque ello es en principio posible, se requieren "medios de altísima sofisticación", de los que el acusado no disponía en la cárcel, a la vez que importantes conocimientos técnicos. Otros peritos señalaron que Lasa y Zabala murieron por proyectiles del calibre 9 milímetros parabellum, disparados probablemente por una pistola Browning, aunque Zabala tenía en la cabeza fragmentos de municiones diferentes.

La prueba pericial psiquiátrica concluyó que Bayo padece una psicosis maníaco-depresiva. Este trastorno de la personalidad se agravó, según los peritos, por las situaciones que vivió en el País Vasco, lo que habitualmente se denomina síndrome del norte.

Ayer concluyó la prueba pericial y el juicio se reanudará el 20 de marzo, con la prueba documental y las conclusiones definitivas.

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