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La fuerza de las ideas.El compromiso político se hizo más difuso con la democracia y la autonomía, pero sigue vivo entre los intelectuales andaluces

CREADORES COMPROMETIDOS. Los intelectuales andaluces jugaron un destacado papel en la consolidación de la democracia y la autonomía en la región. El desarrollo experimentado por la comunidad en los últimos años y su incorporación, junto al resto del Estado, a las estructuras democráticas europeas más asentadas han difuminado en apariencia el compromiso de escritores y artistas. Sin embargo, la idea del compromiso sigue viva con fuerza entre los autores andaluces. La vigilancia del poder, la búsqueda de una sociedad más justa y el fortalecimiento de una política progresista son ideas recurrentes en los creadores de la comunidad.

El compromiso político de los intelectuales ha sido una de las constantes que ha marcado la literatura y el arte en el siglo XX. Aunque ha habido una tendencia a identificarlo con posiciones de izquierda, muchos intelectuales apostaron por la derecha. Los escritores reunidos en torno a Falange y al general Franco -Laín Entralgo, Torrente Ballester, Ridruejo, Foxá, Panero, Rosales- son un ejemplo claro de este hecho.Con todo, la idea del intelectual comprometido ha tenido durante el siglo XX un vínculo nítido con la izquierda. Los partidos comunistas desarrollaron a partir de los años veinte una formidable actividad para atraer a los intelectuales hacia su trinchera. Sociedades en crisis, con unas injusticias y desigualdades intolerables, allanaron el camino de la colaboración de escritores y artistas con el comunismo.

Hubo militantes entusiastas como Pablo Neruda o Rafael Alberti. También abundaron los llamados "compañeros de viaje", personas que, sin ser militantes del Partido Comunista, veían en esta formación la única punta de lanza para destruir estructuras sociales que consideraban caducas. Gran parte de los intelectuales españoles más destacados de la posguerra colaboraron fueron "compañeros de viaje".

Escritores y artistas lucharon en la transición por que la democracia no fuera nunca más en España una anécdota sometida al capricho de generales, terratenientes y financieros. Escritores andaluces como José Manuel Caballero Bonald o Alfonso Grosso fueron protagonistas relevantes en esta lucha. Andalucía caminó con el resto de las regiones en defensa de la democracia. Con todo, hubo un hecho que convirtió a Andalucía en protagonista: el referéndum del 28 de febrero de 1980. El mundo de la cultura cerró filas con el resto de la población para que Andalucía se constituyera en comunidad autónoma por la misma vía que las llamadas "nacionalidades históricas". Gracias al triunfo del referéndum, Andalucía accedió a la autonomía por la vía del artículo 151, lo que supone que esta comunidad figura entre las que pueden asumir el máximo de competencias permitido por la Constitución.

Referéndum de la OTAN

Posteriormente, esa unanimidad se dividió con el referéndum de la OTAN. Una parte de los intelectuales apoyó a la Plataforma Cívica por la Salida de España de la OTAN en 1986. Este grupo, que englobaba partidos, sindicatos y organizaciones, tenía como presidente al cordobés Antonio Gala. Hubo incluso un mitin festival para pedir la salida de España de la OTAN. Entre otros andaluces, estuvieron Gala y Rafael Alberti. Miguel Ríos y Joaquín Sabina ofrecieron su canto a esta causa.

Con todo, hubo también intelectuales andaluces que firmaron un manifiesto "por el sí" a la permanencia de España en la Alianza Atlántica. Entre ellos estaban los escritores Juan Bernier, Antonio Cascales, Francisco Giner de los Ríos, Alfonso Grosso y Vicente Núñez, los pintores Ginés Liébana y Carmen Laffón, el bailaor Mario Maya, el cantaor Juan Peña, Lebrijano, y el dramaturgo Miguel Romero Esteo.

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Fue un momento de división que ante un acontecimiento como las elecciones autonómicas parece difuminado por el tiempo. El manifiesto de intelectuales en favor del PSOE e IU ante las próximas elecciones generales ha tenido un reflejo en los comicios andaluces: un centenar de intelectuales granadinos, entre los que se encuentra el poeta Luis García Montero, firmaban el miercoles 8 un manifiesto de apoyo a IU en el que apuestan por "una política más de izquierdas".

El escritor Francisco Bejarano opina que, "en una sociedad normalizada, el compromiso social más bien es de los políticos que de los escritores". "El escritor es siempre un hombre de su tiempo y le preocupa lo que pasa. A la hora de escribir hay muchas maneras: una es crear un mundo ideal y maravilloso; otra es hablar directamente de lo que no me gusta. Cuando hago creación literaria, hablo del mundo como me gustaría que fuera. Cuando escribo artículos, hablo de lo que no me gusta. Un poema sobre una huelga o lo hace un genio -y parece que no habla de una huelga- o es un panfleto impresentable", dice Bejarano.

El peligro de relajarse

Caballero Bonald alerta sobre el peligro de que el mundo de la cultura baje la guardia y no vigile al poder político. "Desde el difícil advenimiento de la democracia, empiezan las libertades públicas y privadas a tener presencia en la vida cotidiana, y parece que hay un relajamiento de la preocupación del intelectual por vigilar lo que ocurre. Y eso es un peligro. Es posible que el escritor o el músico no reflejen deliberadamente esos problemas en su obra. Pero, se lo propongan o no, siempre traspasarán a su obra su propia ideología", explica.

"El escritor y el artista tienen, por definición, que oponerse al poder. Hay que vigilar al poder. Y esto ahora no se hace. Y en Andalucía quizás menos todavía. En Andalucía la situación es más amable, menos crispada... Siempre pensé que el Estatuto de Autonomía no iba a ser una panacea. El andaluz es más reacio a comprometerse, más individualista", indica Caballero Bonald.

Benítez Reyes cree que el futuro político de la comunidad debe pasar por una posición clara de izquierdas. "Andalucía ha progresado . Pero no sabemos si pudo progresar más. El camino de la izquierda es el camino adecuado para Andalucía. No quiero una marbellización de Andalucía porque sería una gran catástrofe", señala Benítez Reyes.

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