La oposición eterna
Nadie sabe por qué. Pero la paciencia no estaba incluida en la prueba. De hecho, la oposición apenas duró un par de horas. Pero la espera de los resultados de la que fue una de las mayores oposiciones celebrada en España en los últimos años (más de 190.000 aspirantes para unas plazas de celador o auxiliar administrativo del Insalud) se ha eternizado. Han pasado ya más de ocho meses desde que constestaron a las 110 preguntas del examen y aún no han obtenido respuesta. Y todavía les queda por esperar."Está todo parado y nadie nos explica por qué", se queja una de las más de 194.000 españoles que se examinaron, en 27 capitales de provincia, el verano pasado.
A los nervios del examen, al que muchos optaron para salir del paro, suman ahora esta espera que se hace "insufrible" y que consideran "injusta". "El proceso está siendo más lento de lo normal", reconoce José Manuel García, de UGT, quien asegura que el Insalud no da ningún tipo de explicación. Tampoco las academias que preparan este tipo de exámenes saben la razón de la demora.
El subdirector general de Gestión de Personal de este organismo, Pablo Calvo, reconoce el retraso, pero "con matices", y esgrime el volumen de exámenes y el número de reclamaciones presentadas para explicar el parón. Al examen de celador, el 27 de junio, se presentaron unos 134.000 aspirantes, que movilizaron a 4.300 vigilantes y ocuparon 1.400 aulas. Al de auxiliar administrativo, una semana después, más de 60.000. Los primeros, para los que hay 2.300 plazas, lo tienen mejor porque sus calificaciones ya están, no les quedan pruebas por pasar y, según Calvo, la primera fase "está a punto de resolverse". Luego vendrá el recuento de méritos, las reclamaciones, y la asignación definitiva de las 2.300 plazas. Podrían incorporarse a su puesto en junio, un año después de haberse examinado y un plazo razonable, admiten los sindicatos.
Pero los 60.559 que aspiran a una de las 2.369 plazas de auxiliar administrativo ofertadas tendrán que esperar más. Varios aspirantes de Asturias, Ibiza, Palencia y Toledo, explica Calvo, han impugnado la prueba de informática y eso ha añadido más tiempo a la espera. "En 10 días resolveremos las quejas", asegura. Lo peor es que en algunos casos se tendrá que repetir el examen, lo que alargará el proceso, sin contar que aún queda pendiente una tercera prueba de mecanografía. El Insalud ni siquiera se atreve a aventurar cuánto podrá demorarse el proceso.
"Nos dijeron que en 40 días sabríamos algo, pero ya han pasado ocho meses", dice una auxiliar del Hospital La Paz de Madrid que se presentó con la ilusión de quedarse en ese centro "para siempre".
Estos ocho meses de espera resultan un suspiro si se tiene en cuenta que el Insalud no convocaba oposiciones para personal no sanitario desde 1991. "Me presente a las anteriores y todo fue mucho más rápido", asegura una afectada de 30 años, los nueve últimos trabajando de forma interina como auxiliar en otro centro del Insalud, que confiaba en este examen para regularizar su situación. Como ella muchos de los aspirantes trabajan ya en centros sanitarios públicos y, de hecho, tienen reservadas el 50% de las plazas.
La oposición fue la primera del Insalud de carácter descentralizado -el aspirante se presentó en aquella provincia donde quería trabajar-, pero la corrección se hace en Madrid. De ahí que el tribunal de oposición deba resolver todas las quejas antes de hacer pública la lista de los que han superado la primera fase. El Insalud además ya ha fijado una nueva oferta pública de empleo para estos mismos puestos que debería celebrarse en 2000, pero podría retrasarse.
"Los plazos son fijos para los opositores, pero no para la Administración", explica David del Río de CCOO, para quien la oposición "ha sido un desastre". Pero tanto él como su compañero de UGT admiten que estos procesos son complicados, en buena parte porque levantan muchas expectativas y se presenta mucha gente. "Estamos todavía dentro de límites razonables porque lo normal es que el proceso dure un año y medio", se defiende el portavoz del Insalud, para quien la espera es "dolorosa, pero inevitable".
A los aspirantes les sobran excusas. Lo que quieren es una respuesta. "Yo soy afortunada porque, al fin al cabo cobro a fin de mes", asegura una opositora de Zaragoza, "pero muchos de los miles que se han presentado siguen en el paro".
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