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Wall Street cae un 3,68% afectada por malos resultados empresariales

Lo que se esperaba fuera una jornada de euforia, con el Nasdaq por encima de 5.000 puntos, se convirtió en un gran batacazo. El Dow Jones cerró a 9.796,03 puntos, su nivel más bajo desde marzo de 1999, con una pérdida de 374,47 puntos (3,68%). Fue la mayor caída del año y la cuarta peor en puntos de su historia.

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El clima depresivo, motivado por beneficios menores que lo previsto del gigante de los productos farmacéuticos y de droguería Procter & Gamble, la persistencia de precios elevados del crudo y el temor a nuevas subidas de los tipos de interés de la Reserva Federal (banco central), también terminó afectando al Nasdaq.Fue la de ayer una jornada de inquietud y ventas masivas. El Nasdaq, el índice de valores tecnológicas que refleja el vigor de la nueva economía digital, terminó perdiendo 57,05 puntos, para cerrar a 4.847,80 puntos, un retroceso del 1,16%. Fue una gran decepción para los analistas e inversores que tenían preparado champán para celebrar el previsto paso del Nasdaq en sus 29 años de historia por encima de los 5.000 puntos, un objetivo que logró brevemente al comienzo de la jornada. El anuncio de beneficios mucho menores que lo esperados de Procter & Gamble fue el desencadenante de la fiebre vendedora de ayer, que se inscribe en la corrección a la baja que está protagonizando Wall Street desde el comienzo del año 2000. El Dow Jones, que llegó a estar a 11.722 puntos, ha perdido en lo que llevamos de año más del 15% frente al 12,49% de ganancia que acumula la Bolsa de Madrid. Sin llegar a sufrir un crash, Wall Street está paulatinamente descendiendo la escalera hacia cotizaciones menos hinchadas. La de ayer fue la peor sesión desde agosto de 1998, cuando cayó un 6,37%, y en los dos últimos días el Dow Jones acumula un descenso del 5,51%, una racha desconocida desde hace dos años.

También fue el peor día de la historia bursátil de Procter&Gamble, que fabrica el detergente Tide, la pasta de dientes Crest y los pañales Pampers. Se intercambiaron 68 millones de acciones y cerraron con una pérdida de casi un tercio de su valor. El motivo fue un informe de la compañía que anuncia que, a causa del creciente coste de las materias primas y los costos de producción, sus accionistas solo deben esperar dividendos de 64 centavos por título, muy por debajo de los 78 centavos que calculaban los analistas de Wall Street. La empresa explicó, además, que el deterioro de sus resultados se debe al retraso en la aprobación de su nueva droga contra la osteoporosis, Actoner, así como al incremento de los costes para desarrollar este medicamento. Las aciones de la empresa de productos higiénicos no habían estado por debajo de los 60 dólares desde el año 1997.

Miedo al alza de tipos

De los inversores se apoderó el miedo a que en los próximos días y semanas muchas otras empresas de la economía industrial, lo que en EE UU se llama ya la vieja economía, hagan anuncios semejantes al del gigante farmacéutico. Los problemas de P&G fueron el desencadenante de la fiebre vendedora.

Los elevados precios del petróleo y la insistencia de Alan Greenspan en subir de nuevo los tipos de interés de la Reserva Federal, para desacelerar el fenomenal crecimiento económico estadounidense, pesaron como plomo en las cabezas de los muchos que ayer vendieron acciones.

El Nasdaq, en cualquier caso, sufrió menos la fiebre vendedora y confirmó su liderazgo en los mercados financieros neoyorquinos. Los inversores preocupados por las subidas de los tipos de interés han privilegiado en los últimos meses las empresas de telecomunicaciones, Internet y biotecnología que compone el Nasdaq, porque sus beneficios están menos amenazados por un mayor precio del dinero que los gigantes de la vieja economía industrial. El Nasdaq superó los 4.000 puntos sólo hace dos meses y los 3.000 hace cuatro.

Wall Street cerró ayer con la impresión de que la inestabilidad va a continuar en los próximos días y semanas y de que, entretanto, el mejor lugar para situar el dinero es en las compañías petroleras. Y en los valores tecnológicos del Nasdaq, entre los cuales Microsoft registró ayer una excelente cotización. Pero nadie se atrevía a pronosticar si la actual corrección a la baja del Dow Jones terminará convirtiendo al exuberante toro de Wall Street en el temido oso depresivo.

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