Evacuar Líbano
El Gobierno israelí ha acordado poner fin en julio a su presencia militar en Líbano-Sur, como había prometido repetidas veces desde su elección, el verano pasado, el jefe de Gobierno laborista, Ehud Barak.Con ello se reconoce el fracaso de uno de los grandes vectores de la política de fuerza israelí en la zona. Israel ocupaba desde 1978 los casi 1.000 kilómetros cuadrados de Líbano, al sur del río Litani, para impedir o dificultar las acciones terroristas de Hezbolá contra su suelo. En junio de 1982 llegó incluso a desencadenar la invasión en toda regla del país de los cedros con el propósito de exterminar a la OLP. Hace meses que Hezbolá no ataca objetivos civiles en Israel, justificación histórica de la presencia de soldados de ese país en suelo libanés. Pero su presencia es motivo de acciones contra ellos: siete han muerto en lo que va de año.La noticia, por tanto, de la retirada parece positiva, pero con matices. Israel lleva algunos meses negociando en público y en privado con Siria otra retirada:la de las colinas del Golán. Y el Gobierno de Barak habría querido que la evacuación de Líbano formara parte de un paquete general de acuerdo con Damasco.
En ese sentido, el anuncio israelí contiene una amenaza nada velada a sirios y libaneses. Si la retirada da lugar a la reanudación de los ataques de Hezbolá sobre territorio israelí, las represalias que van a caer sobre Líbano, incluidas las posiciones sirias en el país, pueden hacer temblar la tierra. Por ello, Damasco prefiere que Israel se retire con un acuerdo a que lo haga con el garrote levantado, ya que, a mayor abundamiento, el anuncio es una presión sobre Siria para que se modere en la negociación del Golán, de aquí a julio.
El movimiento de Barak es, por tanto, sólo táctico, salvo en el aspecto psicológico, porque marca el camino de repliegues mayores, como el de la Cisjordania ocupada. Si tras la retirada, como parece probable por la cuenta que le trae a Siria, la frontera no arde, el público israelí aprenderá que evacuación no equivale a rendición. Y todo eso habremos ganado.
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