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El centro de urgencia de Rosilla se trasladará junto a la narcosala

La narcosala proyectada en el poblado marginal vallecano de Las Barranquillas tendrá también servicios de comedor, duchas o lavandería, como los de las narcosalas suizas (véase EL PAÍS de ayer), ya que en sus proximidades se va a instalar el centro de emergencia para drogodependientes que ahora funciona en el barrio de La Rosilla. El traslado del centro de La Rosilla es necesario, ya que para mayo estará derribado este poblado de realojamiento de chabolistas convertido en hipermercado de droga, por lo que los toxicómanos dejarán de acudir a él.

Las narcosalas suizas tienen algunas diferencias con la que la Agencia Antidroga de la Comunidad de Madrid tiene previsto instalar en Las Barranquillas para acercar la asistencia social y sanitaria a los toxicómanos más desarraigados. Por ejemplo, en ellas no hay cabinas de inyección (los usuarios consumen la heroína en una sala común) y no se utiliza naloxona para reanimaciones en caso de sobredosis.

Anita Marxer, responsable del punto de inyección de Berna, explicó a Telemadrid que para actuar a tiempo en un caso de sobredosis es importante ver la cara del toxicómano cuando se inyecta. La técnico suiza desaconseja la naloxona por la posibilidad de que el heroinómano sufra una reacción mortal si vuelve a consumir heroína mientras duran los efectos de este fármaco.

El director de la Agencia Antidroga, José Cabrera, aseguró ayer, durante la presentación de un manual de prevención de drogodependencias en las Fuerzas Armadas, que las cabinas de la sala de venopunción madrileña estarán abiertas y situadas de manera que los sanitarios puedan percatarse de cualquier emergencia de forma instantánea. "Queremos evitar el ritual de grupo y las cabinas individualizadas dan al dispositivo una mayor dignidad que una sala común con varias personas inyectándose", añade.

Respecto a la naloxona, Cabrera discrepó de la opinión de los técnicos suizos: "Es el único antídoto eficaz conocido para las sobredosis con opiáceos. Una sala de venopunción sin naloxona no sirve para nada porque la parada cardiaca por dobredosis sólo se revierte con esta sustancia".

"Me importa un pito"

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Cabrera añadió: "Lo que digan los técnicos de Berna será aplicable a esa ciudad, pero la sala de venopunción madrileña la hemos diseñado los que conocemos a los drogodependientes de la región y hemos pisado Las Barranquillas. Por eso, lo que digan los técnicos de Berna a nosotros nos importa un pito". Esta declaración llevó al portavoz de drogodependencias del PSOE-Progresistas en la Asamblea, Eduardo Sánchez-Gatell, a acusar a Cabrera de "irresponsable" y a pedirle "que se deje de exabruptos de taberna y escuche a otros países", según Efe. "Después de escuchar otras opiniones puedes estar de acuerdo o no, pero lo que no puedes hacer es descalificarlas de un plumazo", concluyó el diputado.

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