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Las primarias en California y Nueva York deciden hoy los candidatos a la presidencia

En un esfuerzo por seguir manteniendo vivo su desafío a George Bush, John McCain volvió ayer a compararle con Bill Clinton, el peor insulto que puede hacerse entre republicanos. En el supermartes electoral estadounidense, McCain libra hoy la madre de todas sus batallas contra Bush. Si quiere seguir soñando con la candidatura republicana a la Casa Blanca, el senador por Arizona y ex preso de guerra en Vietnam debe ganar uno de los dos grandes Estados en liza: Nueva York y California. Peor lo tiene el demócrata Bill Bradley, perdedor casi seguro frente a Al Gore hoy en todos los Estados.

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Unos comicios en los que los programas cuentan

Bradley y Gore hicieron ayer campaña en Nueva York, donde el ex jugador de baloncesto citó el ejemplo de Harry Truman para augurar que puede haber sorpresas. "En las elecciones de 1948", dijo, "los sondeos decían que Truman estaba acabado, que no tenía la menor oportunidad. Pero dio la campanada y ganó". Pero este magro consuelo no ocultaba el hecho de que, según los sondeos, Bradley perderá hoy frente a Gore en los 15 Estados, incluidos Nueva York y California, que celebran primarias demócratas. De hecho, el equipo de Bradley comenzó ayer a emitir el mensaje de que, de confirmarse esas previsiones, el ex jugador de baloncesto abandonará pronto la carrera hacia la Casa Blanca.Bradley ha pagado un alto precio por la difusión de sus problemas cardiacos, su imagen aún más aburrida que la de Gore y, sobre todo, el protagonismo de McCain. En las últimas semanas, el público y los medios de comunicación sólo han tenido ojos para el ex héroe de Vietnam y su apasionante pulso con Bush.

Al final de la jornada electoral de hoy se sabrá si McCain y Bradley tienen fuelle para seguir desafiando a los candidatos de los aparatos republicano y demócrata. Y es que este supermartes hace honor al superlativo. El hecho de que por primera vez Nueva York y California voten en el mismo día lo convierte en lo más cerca que ha estado jamás EE UU de unas elecciones primarias de dimensión nacional.

Desde el Atlántico al Pacífico y desde la frontera canadiense a la frontera mexicana, 16 Estados votan hoy, 12 en primarias republicanas y 15 en primarias demócratas. Serán elegidos un total de 1.315 delegados para la Convención Nacional Demócrata que, en agosto, designará al candidato a la presidencia por el partido del asno. Es más de la mitad de los 2.169 delegados necesarios para conseguir la candidatura. Los republicanos, por su parte, eligen hoy 613 de los 1.034 delegados necesarios para conseguir la candidatura presidencial en su Convención Nacional de julio, en Filadelfia. California, con 162 delegados; Nueva York, con 101, y Ohio, con 69, son los grandes trozos de esa tarta.

Bush es "tan clintonesco que da susto", declaró ayer McCain, que, como su correligionario y rival, hacía campaña en California. Hacía alusión a los anuncios en su contra difundidos por millonarios tejanos amigos del hijo del ex presidente que ganó la guerra del Golfo. Fue la segunda vez en que McCain comparó a Bush con el actual presidente demócrata. En la anterior dijo que ambos eran igualmente deshonestos. Es dudoso que ese tipo de ataques le den buenos resultados entre los republicanos. Hasta ahora, las victorias de McCain frente a Bush (New Hampshire, Michigan y Arizona) han estado basadas en el gran apoyo que consigue entre demócratas e independientes. Pero aquéllas eran primarias abiertas a todos los electores y la mayoría de las de hoy están reservadas a electores registrados del partido del elefante.

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Camino errático

McCain ha seguido un camino errático en la batalla del supermartes. En algunos momentos se ha proclamado "un republicano leal" y el heredero político de Ronald Reagan y de su gran atractivo entre demócratas e independientes. "Soy la mejor esperanza de que los republicanos ganen en noviembre", reiteró ayer. Según McCain, Bush sólo moviliza a la base tradicional conservadora de su partido, lo que es una garantía de derrota frente a Gore en la final presidencial. Pero el fogoso senador por Arizona ha cometido errores que le pueden costar caro en las filas republicanas. Como comparar a Bush con Clinton o tildar de "fuerzas diabólicas" a los predicadores Pat Robertson y Jerry Falwell.

McCain ha pedido perdón por este último comentario, fruto, según ha explicado, de su uso frecuente del lenguaje de la Guerra de las galaxias. Él mismo se compara con frecuencia con el protagonista, Luke Skywalker.

Según las encuestas, el gobernador de Tejas es claro favorito entre los republicanos de California y Ohio. McCain, por su parte, puede conquistar Massachusetts y otros pequeños Estados de Nueva Inglaterra.

Más difícil es el pronóstico en Nueva York, donde Bush tiene una ligera ventaja. La batalla de California es la más complicada. Ese Estado celebra dos competiciones presidenciales. En una, cualquier persona puede votar por cualquier candidato de cualquier partido. Es lo que aquí se llama un "concurso de belleza", sin otras consecuencias que las simbólicas.

En otra elección paralela, la que decide los delegados a las convenciones nacionales, los electores demócratas escogen entre Gore y Bradley, y los republicanos, entre Bush y McCain. Así que es probable que McCain gane hoy el "concurso de belleza" de California, pero no consiga un solo delegado republicano. Cuando ayer le preguntaron al ex héroe de Vietnam qué hará si pierde la madre de todas las batallas, respondió bromeando: "Creo que volveré a Hanoi".

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