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COYUNTURA AGRARIA

Las organizaciones agrarias acusan al Gobierno de no actuar contra la sequía

Por segundo año consecutivo, la sequía amenaza nuevamente al sector agrario ante la falta de lluvias y por la caída de las reservas en los embalses. Las organizaciones agrarias coinciden en denunciar al Gobierno por no desarrollar una política encaminada a mejorar las infraestructuras hidráulicas para aumentar la capacidad de los embalses y, sobre todo, para el ahorro del agua en los regadíos. Los problemas se concentran en la mitad sur de la Península y en zonas de Aragón. Los daños se estiman en al menos 20.000 millones de pesetas.

La entonces ministra de Agricultura Loyola de Palacio anunció un nuevo Plan Nacional de Regadíos en otoño de 1998, sin que se llegase a aprobar. Hace unas semanas, el actual ministro, Jesús Posada, presentó prácticamente el mismo plan con inversiones superiores a los 800.000 millones de pesetas, con la mejora de 1,1 millones de hectáreas y la puesta en regadío de otras 230.000 hectáreas. Sin embargo, hasta la fecha, todas las propuestas de planes no han pasado de los programas electorales, sin ninguna eficacia en el sector.Hasta el momento, los problemas por la falta de agua se concretan en la mitad sur de la Península, así como en zonas de Aragón. Aunque desde la organización Asaja, en Sevilla, se ha hecho una primera evaluación de los daños en unos 20.000 millones de pesetas, COAG y UPA coinciden en señalar que el sector se halla al borde de una situación límite, pero sin que se pueda hablar todavía de grandes daños irreversibles, salvo en lo que afecta a los mayores costes para la ganadería por la falta de pastos. Las organizaciones del sector coinciden en denunciar la insuficiencia de las ayudas aplicadas en la campaña anterior, que se centraron en créditos baratos y que supusieron solamente para la Administración un gasto no superior a los 10.000 millones de pesetas. Para la actual campaña solicitan otras medidas de apoyo.

Superficies dañadas

Las preocupaciones en el sector agrario se concretan en el futuro de las superficies de cereales y remolacha en la mitad sur de la Península, y especialmente en Andalucía, con unas 500.000 hectáreas sembradas de trigo duro, 70.000 hectáreas de trigo blando, 180.000 hectáreas de otros cereales y 50.000 hectáreas de remolacha, una gran parte en secano.

Se considera que la situación para este tipo de cultivos podría ser irreversible en el plazo de varias semanas. Por el contrario, en el caso de los pastos, los daños en este momento ya son muy graves, al tener que apoyar con pienso la alimentación del ganado, extensivo en partes de Andalucía, Extremadura y Aragón y sin que haya ayudas para este sector, que ya atravesó graves dificultades la campaña anterior en las mismas zonas.

Las organizaciones agrarias, al margen de los problemas por la falta de lluvias, reclaman a la Administración el suministro del agua suficiente esta campaña para los cultivos de frutales, algodón y arroz en Andalucía, al existir recursos suficientes en los embalses para estos fines.

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