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El alcalde de La Carolina cede tras 18 días de encierro de un grupo de vecinos

Ginés Donaire

Los vecinos de la pedanía de La Fernandina, perteneciente a La Carolina (Jaén), podrán rendir culto a su patrón, San Fernando, sin tener que acudir a la barra del bar del centro social en el que permanece la imagen. Esta escena que raya el surrealismo había desatado las iras de una veintena de ciudadanos de este pequeño núcleo de población, que cumplieron ayer 18 días de encierro en el salón de plenos del Ayuntamiento de La Carolina para recuperar un centro social que se había convertido en un negocio de hostelería particular.

Los protagonistas del encierro habían sido ignorados hasta ahora por Ramón Palacios, el alcalde y senador del PP que ha permanecido casi la mitad de sus 79 años como regidor local -se estrenó en 1960- y que se vanagloria de haber situado al municipio en la cabeza del desarrollo industrial de la provincia gracias a los polémicos fondos Miner del Gobierno central, cuestionados por la oposición municipal.Sin embargo, Palacios -que vuelve a presentarse al Senado en las elecciones del 12-M- no ha tenido más remedio que ceder ante la revuelta vecinal que le había estallado en su propia casa. Ayer recibió a una comisión de los vecinos encerrados y se comprometió a habilitar para uso social, de forma inmediata, uno de los dos salones del centro social.

En un plazo de seis meses, los vecinos de La Fernandina recuperarán el resto del edificio, ahora convertido en restaurante por un particular al que el alcalde ha concedido medio año para trasladar su negocio hasta otro lugar.

Pablo Lucas, presidente de la asociación vecinal y portavoz de los vecinos encerrados, valoró ayer con cautela el compromiso del alcalde de La Carolina. De hecho, ha anunciado que mantendrán el encierro hasta que Ramón Palacios plasme por escrito en un documento la voluntad municipal de convertir el centro social de La Fernandina "en un local para actividades recreativas, culturales y sociales de los vecinos". Ese escrito podría firmarse hoy mismo, lo que sin duda supondría un alivio para las decenas de vecinos que llevan 18 días alimentándose a base de bocadillos y otros víveres que les han sido suministrados por Cruz Roja.

"Despropósito"

El portavoz vecinal ha mostrado su contrariedad por el cúmulo de "despropósitos municipales" que ha originado que se llegue a esta situación esperpéntica. En ese sentido, recuerda que la concesión municipal para la gestión del bar del centro social se hizo para un año y su beneficiario lleva seis prestando servicios de hostelería "con el beneplácito del Ayuntamiento". Incluso la Junta de Andalucía ha abierto un expediente tras comprobar, en una inspección, que el centro social se utilizaba con fines lucrativos privados y no como establecimiento vecinal, según ha afirmado la delegada de Asuntos Sociales en Jaén, Mercedes Fernández.

Si se confirma el compromiso del alcalde carolinense, los vecinos podrán alejar la imagen de su patrón, San Fernando, de entre las botellas de whisky y ginebra donde ahora se encuentra y habilitarle un lugar "más apropiado".

En la reunión celebrada ayer con Ramón Palacios, los vecinos acudieron acompañados de su abogado por los recelos que les inspira un alcalde que ha tardado 18 días en recibirles, pero sí ha tenido tiempo para prodigarse en los actos de campaña electoral del PP, el último de ellos el pasado sábado, cuando acompañó al vicepresidente primero del Gobierno, Francisco Álvarez Cascos, con el que le une gran amistad.

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