Una emboscada en el interior de la capital chechena causa 37 muertos entre los soldados rusos
Un ataque sorpresa de los separatistas chechenos contra una columna de policía de élite en Grozni, ciudad que hace ya un mes cayó en manos de las fuerzas federales rusas, se ha saldado con 37 muertos y 12 heridos, según fuentes oficiales rusas. La operación de los independentistas demuestra, por una parte, que ha comenzado la guerra de guerrillas y que hostigarán a los rusos donde éstos menos lo esperen, y, por otra, que los militares están lejos de controlar la situación en lo que llaman "territorios liberados", que ya abarcan la práctica totalidad de la pequeña república norcaucásica.
La emboscada en la que cayeron los policías rusos se produjo el jueves, en el barrio de Staroprómisli, cuando una caravana de camiones proveniente de Mozdok, ciudad de Osetia del Norte donde se encuentra la principal base militar rusa en el Cáucacaso del Norte, entraba en Grozni. Los guerrilleros destruyeron con lanzagranadas tanto el primer camión como el último, paralizando a la caravana, que se vio bajo una lluvia de balas. Según detalles dados ayer por los sobrevivientes, el combate duró cinco horas, hasta que llegaron refuerzos. Nadie se explica por qué los refuerzos tardaron tanto, en circunstancias que Grozni está lleno de soldados rusos. No se sabe si los guerrilleros sufrieron bajas o no; en cualquier caso, no dejaron ningún cadáver en el lugar. Los rusos perdieron en el combate a 12 policías, y 25 más murieron a consecuencia de las heridas. La policía de élite provenía de Sérguiev Posad (ex Zagorsk, provincia de Moscú) e iba a reemplazar a sus compañeros de Podolsk. Borís Grómov, el general que estuvo al mando de la retirada de las tropas soviéticas de Afganistán, decretó duelo oficial en la provincia de Moscú, de la que es gobernador desde diciembre pasado. El ministro de Interior, Vladímir Rushailo, interrumpió su visita a Bielorrusia y regresó a Moscú, desde donde viajará al Cáucaso del Norte.
El incidente se produjo prácticamente en los mismos momentos en que el presidente independentista, Aslán Masjádov, llamó a la radio Eco de Moscú para asegurar que el mando militar engaña al jefe de Estado interino de Rusia, Vladímir Putin, sobre la situación real en Chechenia. Masjádov desmintió haber huido, afirmó que continúa dirigiendo las acciones de la guerrilla y negó que los separatistas estuviesen derrotados. Putin descartó toda negociación con el líder independentista.
Mientras tanto, en Moscú, se hicieron oficiales las cifras de bajas rusas durante la campaña de Chechenia, que ascienden a 1.420 muertos y 3.867 heridos.
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