Roland Dumas formaliza su dimisión como presidente del Constitucional francés

El presidente del Tribunal Constitucional francés, Roland Dumas, procesado y pendiente de juicio por "abuso de bienes sociales", formalizó ayer la dimisión de su cargo por medio de un escrito enviado al jefe de Estado, Jacques Chirac. Aunque la noticia había sido ya anticipada, el gesto suscitó una reacción general de alivio en la clase política y en los medios institucionales. Bajo la fortísima presión de esa misma clase política y de sus compañeros del Constitucional, Dumas, de 77 años, acabó ayer por dar el paso que se le reclamaba desde el 29 de abril de 1998, la fecha de su procesamiento. Durante este tiempo, el Tribunal Constitucional, una de las primeras instituciones de la República, ha estado sometido al descrédito de tener como presidente a un hombre puesto bajo sospecha, figura central de un escándalo de fragatas y sexo, alta política y comisiones de 65 millones de francos (1.625 millones de pesetas). Atrincherado en la presunción de inocencia, el ex ministro de Exteriores con Mitterrand aguantó, incluso, sin descomponerse, la publicación del libro La Puta de la República, que reúne las memorias selectivas de su antigua amante, Christine Deviers-Joncourt, beneficiaria formal de la substanciosa comisión. Escrito durante los meses de cárcel, el libro es, o aparenta ser, un ajuste de cuentas en toda regla. El fondo del escándalo: la sospecha de que el entonces jefe de la diplomacia francesa autorizó la venta de fragatas a Taiwan, pese a la tajante oposición de China, para contentar a su amante, queda fuera del actual proceso judicial. Ante la ausencia del elemento clave en la trama de la operación, el antiguo número dos de la petrolera Elf-Aquitaiane Alfred Sirven, las jueces instructoras sólo han podido retener contra Dumas los cargos de abuso y complicidad en bienes sociales por haber presionado a Elf para contratar a Deviers-Joncourt y haber aceptado de ésta unos botines de 11.000 francos y unas obras de arte de 60.000.