Campaña enlutada

El terrorismo irrumpe de nuevo en la vida política española. La campaña se inicia marcada por el luto, la violencia y la desconfianza. (...) Y aunque la cuestión vasca, por común acuerdo entre los partidos, no debía ser objeto de enfrentamientos electorales, (...) el sábado, en el País Vasco, (...) en una movilización que pretendía ser en origen un rechazo unánime a la violencia, 150.000 personas salieron a la calle, pero en tres manifestaciones claramente separadas y hostiles entre sí. Se mostraba así la fractura existente entre el bloque de los partidos democráticos nacionales, los nacionalistas moderados y los independentistas radicales. (...) Ibarretxe rompió tras el último asesinato de ETA el acuerdo parlamentario que mantenía contra viento y marea con los radicales de EH. Pero parte de la opinión pública cree que esta decisión llega demasiado tarde.(...) Marie-Claude Decamps