"El sedentarismo y el exceso de peso minan la salud"
El cardiólogo Pedro Aranda (Utrera, Sevilla, 1950), dice que los andaluces han cambiado sus hábitos de vida y ahora son más propensos a padecer enfermedades cardiovasculares. Como presidente de la Sociedad Andaluza de Hipertensión, sabe muy bien de qué habla; pero es en la práctica diaria donde corrobora sus datos. Aranda recibe cada día, en la Unidad Cardivascular que dirige en el Hospital Carlos Haya de Málaga, entre 20 y 25 pacientes. De ellos, asegura, lo que más le sorprende es la ignorancia que tienen sobre su enfermedad. "También el poco caso que hacen de la dieta", señala. Pregunta. ¿Qué es la hipertensión?
Respuesta. Algo muy sencillo: cuando la presión arterial se mantiene por encima del valor 140 de presión máxima y 90 de mínima.
P. ¿Cómo andan de salud los andaluces?
R. No muy bien. Un 27% de la población adulta, es decir, en torno a un millón de personas, es hipertensa. Y si hablamos de personas mayores de 65 años, el porcentaje se eleva al 45%.
P. ¿Cuáles son las causas más comunes por las que se llega a padecer esta enfermedad?
R. Aparte de las de tipo genético, la forma más fácil de padecerla es ser obeso, consumir mucha sal, beber alcohol y no hacer ejercicio.
P. O sea, que hay que moverse...
R. !Por supuesto¡ El sedentarismo y los excesos con la comida no son buenos. Estas dos circunstancias están minando la salud de los andaluces.
P. ¿La hipertensión puede curarse?
R. No, una vez que se enferma, la patología pasa a ser crónica. Es controlable, eso sí. Pero para ello hay que seguir los tratamientos y no esconder las pastillas en el cajón y olvidarse de ellas.
P. ¿Y cuáles son sus secuelas?
R. En el cerebro: la trombosis y las hemorragias. En el corazón: la angina de pecho, el infarto... Y si se manifiesta en el riñón, la consecuencia será una insuficiencia renal permanente.
P. Pues... con un millón de enfermos y con estas consecuencias es, casi, una plaga.
R. Una plaga no, pero sí un problema importante de salud pública. Las repercusiones, muy graves, afectan, además de al enfermo, al entorno familiar y al sistema social; los costos que generan son muy importantes para el sistema.
P. ¿Cómo puede atajarse la hipertensión?
R. Con el esfuerzo de todos. Administración, profesionales sanitarios e industria deben unirse. Tenemos que diseñar programas de educación e información para los afectados.
P. Lo mejor sería la prevención, ¿no?
R. Por supuesto. Pero para eso habría que conseguir que los andaluces modificasen algunos de sus hábitos. Por este orden, deberían hacer más ejercicio, controlar su peso, tomar menos sal, vigilar el consumo de alcohol, suprimir la grasa animal, dejar de fumar...
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