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Reportaje:

Un potaje reivindicativo

No todo es droga y delincuencia en el Polígono Sur, una de las zonas más deprimidas de Sevilla. No todo son problemas de vivienda, paro y absentismo escolar. El barrio, conocido en toda Andalucía por Las 3.000 Viviendas, en cuyas calles es habitual la venta de drogas, cuenta también con los movimientos vecinales más activos de toda la ciudad y con una parroquia obrera que está siempre a la cabeza de toda movilización reivindicativa que se organice.Y en esas andan. Varias de las asociaciones del barrio y la parroquia San Pío X han creado una coordinadora para reclamar mejoras para el barrio y están iniciando una campaña de movilizaciones -su lema es "El Polígono Sur también es Sevilla"- que contó ayer con su segunda convocatoria en forma de acampada festiva. Acampada que se hizo coincidir intencionadamente con la celebración, hoy, del Día de Andalucía.

En el programa del día, y como primer plato fuerte -nunca mejor dicho-, figuraba un potaje gitano del que dieron cuenta unos 300 vecinos entre las tiendas de campaña instaladas en un solar que, destinado a la construcción de un centro social por el Ayuntamiento hace más de 10 años, es un buen ejemplo del abandono por parte de las administraciones públicas que sufre el barrio.

El resto del programa incluía, además, pasacalles, flamenco y la lectura de un manifiesto en el que los organizadores detallan a los poderes públicos cuáles son las urgencias del vecindario.

Emilio Calderón, uno de los curas de la parroquia, cree que la obligación de la Iglesia es "impulsar todo lo que dignifique la dignidad" de los parroquianos, pero señala resignado: "Con estas movilizaciones festivas no nos van a tomar nunca en serio". "La gente está muy cansada de promesas incumplidas y está dispuesta a endurecer las protestas y a organizar acciones más sonadas", advierte preocupado Emilio.

Unas acciones que, según Antonio Moreno, de la asociación de vecinos Solidaridad, pueden ir desde los cortes de tráfico y los encierros hasta la huelga de hambre, "que ya hay más de uno que lo está proponiendo".

El manifiesto que se leyó ayer deja claro qué piden: rehabilitación de viviendas, actuación contra el absentismo escolar, terminación de la zona deportiva a medio construir, actuaciones contra la inseguridad ciudadana, construcción del centro de servicios sociales especializados prometido por el Ayuntamiento en 1990 y creación de zonas verdes.

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En la firma del texto figuran las asociaciones Sur y Solidaridad, de vecinos, Alborear, de lucha contra la droga, Vilela or Gao Caló (Viene el pueblo gitano), y la parroquia. La coordinadora que forman espera integrar en las próximas semanas al resto de asociaciones del barrio.

Los que no aparecen por ningún sitio son los partidos políticos, y eso que están en campaña electoral. Emilio Calderón, por su parte, no los echa en falta y ve normal que "los de arriba se queden arriba, sin mirar abajo". "Pero es una pena que los que rezan un mismo credo no compartan las mismas preocupaciones", se lamentaba ayer Calderón.

Mientras, los ánimos estaban tranquilos y los vecinos que se acercaron al solar colindante con la parroquia para disfrutar de la comida de hermandad compartieron sus tortillas, sus chuletas de cordero y el potaje de garbanzos con menudo que, ese sí, causó furor. Y de postre, café y tertulia sobre el partido Betis-Sevilla, que era lo único que dividía ayer a los comensales.

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