Pinochet y el Gobierno

Tan preocupante como el hecho mismo de la filtración me parece el comentario que, irresponsablemente, se hizo al respecto: un ejemplo de periodismo de investigación. Se nos transmite así una muy dudosa idea de lo que por deontología profesional (periodística) podríamos entender. La ejemplaridad es ciertamente preocupante: no sólo se habla de un hecho que conlleva un delito, sino que ese delito conlleva la violación de un derecho fundamental, el derecho a la intimidad. Lo que me parece que hay que resaltar es que los derechos deben ser respetados, incluso los derechos de personajes tan oscuros como el mismo Pinochet, si queremos seguir apelando al derecho. Y considerar las famosas filtraciones, que conllevan no sólo actos delictivos, sino violaciones de derechos fundamentales, como "ejemplar", me parece una excusa poco razonable y muy desacertada. Pero semejantes declaraciones han sido útiles, creo, para el ciudadano común: así no puede extrañarnos que nuestro Gobierno no haya mostrado el más mínimo interés, sino al revés, una molestia manifiesta, por llevar hasta el final el proceso contra Pinochet por su reiterada violación de los derechos humanos. Y es que no cabe esperar que un Gobierno que estima ejemplar la violación del derecho a la intimidad se preocupe demasiado por la violación de otros derechos, y por su punición.-