Bajo el signo de la incertidumbre

Rodillo, engrudo y carteles: el ritual se mantiene puro en Almendralejo. En otros lugares, el arranque de campaña es un espectáculo para las cámaras, y se busca el adorno: el entoldado, la cena o la videoconferencia, muy en boga esta temporada. Aquí, no. Aquí, el cartel y la tapia son para los íntimos. Algo habrá de rutina, pero la cosa, en su desnudez, huele a genuino. Cada militante, de un bando y de otro, confía en la victoria: nadie la tiene asegurada. Las elecciones arrancan bajo el signo de la incertidumbre.El PP ha elegido un edificio en construcción en la zona nueva de la ciudad, cerca de la carretera de Santa Marta: uralita, alambres y penumbra. El PSOE opta por las cercanías del estadio del Extremadura. IU se queda en casa: la militancia de Almendralejo se ha declarado en rebeldía contra el pacto con el PSOE, y prescinde de hacer campaña.

"Yo esta noche no salgo, no vayan a confundirse", dice un veterano de IU. La política en Almendralejo tiene nombre y apellidos, y mote a veces. Cada uno sabe de quién es cada cual, y si la consigna es que no se hace campaña, mejor acostarse temprano. Antes de retirarse, el veterano de IU toma un café en El Obrero Extremeño, que viene a ser lo contrario del Círculo Mercantil. Aunque nunca es bueno generalizar, los títulos son bastante indicativos. El Obrero Extremeño es un club social -abierto a socios y forasteros, vetado a almendralejenses sin carné- que data de los años 30 y en el que es frecuente toparse con la gente de izquierdas. A unos 50 metros, en el mismo ámbito urbano (la plaza de Espronceda, corazón de la ciudad), el Círculo Mercantil acoge en parecidos términos a un personal más conservador. El Círculo es de la misma época que El Obrero, y de arquitectura similar. Las dos instituciones reflejan una división social e ideológica que viene de antiguo.

"Cuando la República, Almendralejo era de derechas, al contrario que Mérida, muy republicana y masónica", comenta Mariano Fernández-Daza, noveno marqués de la Encomienda. El marqués preside el Patronato del hospital y la residencia de ancianos, y la universidad privada que él mismo fundó. Muestra esos centros con un orgullo que, en general, comparten los almendralejenses. No es muy habitual que una ciudad con menos de 30.000 habitantes disponga de tres facultades de ciclo medio: Ingeniería Técnica Agrícola, Magisterio y Trabajo Social. Esperan contar pronto con otra facultad, la de Empresariales.

Mariano Fernández-Daza es un hombre conservador, muy culto, y presencia la carrera electoral con un cierto escepticismo. Prefiere no hacer pronósticos.

La tradición política de Almendralejo no se ciñe al arquetipo sureño. No es tierra de latifundios. La gente es emprendedora, abundan los negocios medianos y pequeños, y la batalla ideológica se desarrolla de acuerdo con una dicotomía derecha empresarial-izquierda obrera propia de las ciudades industriales. Con matices: muchos tienen una pequeña parcela, una pequeña actividad complementaria, y eso les proporciona puntos de vista múltiples.

El voto es muy estable. Por supuesto, nada es fijo: la alcaldía fue de UCD en la transición, se volcó hacia el PSOE durante tres legislaturas y ahora está en manos del PP. Pero cuesta cambiar. Y se mantiene de forma casi estricta la semejanza con los resultados globales en España. En la sede local del PP hubo, durante un tiempo, un gráfico con dos líneas paralelas: la evolución del voto almendralejense y la del voto español.

Los populares tendrán que hacer el trabajo sin grandes refuerzos exteriores. Ni los pesos pesados del partido y del Gobierno ni el cabeza de lista por Badajoz, Juan Ignacio Barrero, han señalado Almendralejo en su mapa de prioridades. Concentrarán su campaña en las localidades donde el gobierno municipal es de izquierdas, para rebañar votos en territorio enemigo.

Los socialistas sí pasearán un par de figuras por Almendralejo. Mañana lunes, con la campaña recién estrenada, hablarán en la ciudad el presidente extremeño, Juan Carlos Rodríguez Ibarra, y el excandidato a la presidencia del Gobierno, José Borrell.

1. El atentado tendrá repercusión en las elecciones. Pienso que algunos de los votantes del PNV pueden retraerse, por oposición a los acuerdos con Herri Batasuna, y optar por el PP o por el PSOE.2. Al Gobierno se le han escapado de las manos las macrofusiones. Las privatizaciones han derivado hacia la constitución de un casi monopolio en comunicación, y en el sector energético tampoco han reportado ventajas al ciudadano. El Gobierno debería ser capaz de marcar las reglas del juego.

3. Hace falta más control sobre la inmigración. Además de la inmigración abiertamente clandestina, una parte de la inmigración legal es fraudulenta, basada en contratos de trabajo falsos. Imagino que la población de El Ejido debía estar muy harta. No justifico lo que hicieron, pero atribuyo la mayor responsabilidad a las autoridades. Debían haber hecho más, para que la tensión en El Ejido no alcanzara niveles de explosión.

4. Los españoles soportan una presión fiscal demasiado grande, y todos los esfuerzos encaminados a rebajarla son positivos. El PP ya ha rebajado algunos impuestos, aunque de forma muy específica, y su reforma del IRPF está bastante bien.

5. No veo clara la alianza entre PSOE-IU, y sospecho que se romperá después de las elecciones. Muestran algunas posiciones contradictorias, por ejemplo en la aplicación de la jornada de 35 horas. Esa reducción de jornada no me atrae. No me interesa que se cree más empleo en la Administración, mientras los empresarios autónomos necesitan hacer cada vez más horas.

1. Los atentados de ETA no benefician a nadie: la situación es la misma desde hace años. Y no creo que las dos muertes de esta semana vayan a cambiar el voto de nadie. El terrorismo sólo crea malestar. Los minutos de silencio, las concentraciones y el "basta ya" están muy bien, pero tampoco sirven de nada.2. Soy incapaz de opinar sobre el acuerdo de Telefónica y BBVA, y me parece que a la mayoría de los españoles les sucede lo mismo: ya no comprendemos lo que sucede a esos niveles. Lo único que sé es que, pese a las privatizaciones y las fusiones, la factura del teléfono sigue siendo cara.

3. Los inmigrantes en El Ejido, y en cualquier parte, tienen el mismo derecho que nosotros a una vida digna. Me parece bien que ahora les instalen en barracones decentes, pero eso podía haberse hecho antes, ¿no? Debemos ponernos en su lugar. Si yo tuviera que emigrar, me gustaría que me trataran bien. Por eso me opongo a que en El Ejido creen guetos para inmigrantes, que los separen del resto de la población. ¿Es que tienen alguna enfermedad?

4. Los impuestos indirectos son los mismos para mí que para una gran empresa o la gente más rica; para ellos, 3.000 pesetas no son nada, mientras que para mí significan mucho. Me parece bien que se favorezca fiscalmente a las mujeres que den a luz. Y creo que se deberían favorecer también los trabajos a media jornada, para que las mujeres pudieran trabajar sin renunciar totalmente a la vida de familia.

5. Apoyo el pacto de la izquierda. Incorpora a la capacidad de gestión del PSOE la combatividad de IU.

1. Me parece increíble que ETA haya cometido este asesinato porque no puede proporcionarles ninguna ventaja. Al contrario, perderán apoyo social. Habrá que ver la actitud de las bases de EH y de los nacionalistas, pero, en principio, el atentado puede reforzar la intención de voto hacia el Partido Popular y el PSOE.2. Mi sensación ante las megafusiones es de inquietud. En este caso de forma especial. ¿Quién puede controlar todo esto? Un grupo como Telefónica-BBVA domina muchos aspectos de nuestras vidas.

3. Los sucesos de El Ejido se originan por un homicidio distorsionado: al homicida se le culpa por lo que ha hecho y, además, por ser extranjero, y la culpa se extiende automáticamente a toda la comunidad inmigrante. Son actitudes racistas, en las que persiste la creencia de que "los de fuera vienen a quitarnos el trabajo". No es justo que todos los magrebíes paguen por algo que ha hecho uno de ellos. Deberíamos ponernos en su lugar.

4. La propuesta del PP de ayudar fiscalmente a las madres, por la vía de las cotizaciones a la Seguridad Social, me parece muy buena. Y creo que la cumplirán, porque hasta ahora han cumplido, en general, su programa económico. La cuestión de los impuestos es una de las que más se valora al decidir el voto.

5.Elpacto PSOE-IU puede ahuyentar a los socialistas moderados. Son partidos muy distintos, y causa extrañeza que después de tantas peleas ahora sean capaces de avenirse. Mi sensación es que ambos se sentían débiles y tratan de reforzarse mutuamente.

1. No es el primer atentado de ETA y no creo que tenga influencia en la campaña o en los resultados. Si hubiera repercusiones, se limitarían al País Vasco.2. No deben existir monopolios o grupos con un poder excesivo en el sector de la información y los medios de comunicación. Tal vez ese acuerdo sirva para que puedan competir internacionalmente, pero en principio estoy en contra.

3.Hace falta controlar la inmigración. Quedan parados en España y cada vez llegan más inmigrantes: algo no concuerda. Habría que establecer algún acuerdo entre empresarios y sindicatos para calcular cuánta gente hace falta, con el fin de evitar la competencia entre los de aquí y los de fuera.

4. Creo que el PP va cumpliendo, con alguna lentitud, sus compromisos electorales. Me parece, por tanto, que merecen crédito sus promesas sobre la reducción en el Impuesto de Actividades Económicas (IAE), sobre la progresiva simplificación y reducción del IRPF y sobre las ayudas fiscales a las madres. A mí me parece que van en la dirección correcta. El empresario, grande o pequeño, necesita ganar dinero para que pueda reinvertir y para que se sienta estimulado a seguir trabajando.

5. El pacto de la izquierda puede conducir hacia el PP a algunos electores centristas que votaban al PSOE. Da la impresión de que los socialistas han querido reforzarse y proyectar una imagen nueva tomando del brazo a IU. Pero se trata de un pacto entre cúpulas, posible porque Felipe González y Julio Anguita ya no están en primer plano, que no convencerá a las bases.

1. Cada vez parece más difícil la negociación, la apertura de algún diálogo entre el Estado y ETA. El retorno de la violencia ha reflejado la gran división abierta en el pueblo vasco: no hay manifestación sin contramanifestación. Nadie se beneficia de esto. Quizá el más perjudicado acabe siendo el PNV, que puede perder la posibilidad de pactar en el futuro con PP y PSOE y verse políticamente aislado, sin otra compañía que Herri Batasuna.2. Me faltan elementos para juzgar, pero esas fusiones no me gustan. La tendencia al monopolio siempre es mala, y peor cuando afecta al sector de la comunicación. Una cosa está clara: los grandes accionistas acumulan en poco tiempo muchísimo dinero e influencia.

3. Lo que ha ocurrido en El Ejido ha sido un fenómeno de racismo y xenofobia. Pero esas cosas no nacen por generación espontánea. Se habían producido muchos roces, y tanto el alcalde como otras autoridades más altas tenían que haber actuado para rebajar la tensión.

4. El PP tiene credibilidad cuando habla de bajar los impuestos, porque ya lo ha hecho. Las rentas medias han salido favorecidas con la gestión del Gobierno de José María Aznar. No estoy de acuerdo, sin embargo, en que se ayude a las mujeres con hijos por la vía de las cotizaciones a la Seguridad Social; lo razonable es que las ayudas procedan de los impuestos.

5. El pacto de la izquierda, en el que aún hay incógnitas, sólo puede beneficiar al PSOE. IU corre un serio riesgo de perder su identidad.

1. La actividad de ETA no beneficiará a nadie y puede perjudicar, en cierta medida, al PNV. Lo que me parece esencial es que nadie aproveche electoralmente una cuestión tan delicada.2. Los grandes grupos económicos están alcanzando demasiada influencia. Y es muy peligroso su control sobre los medios de comunicación. La mayoría de la gente cree lo que dicen los informativos de televisión y no piensa en los intereses que hay detrás.

3. Tanto el alcalde de El Ejido como el grueso de sus ciudadanos han mostrado una actitud racista. Creo que algo así sólo podía suceder con un alcalde del PP. En mi opinión, la ley de extranjería debería ser más generosa: hay que concienciar a los españoles de que los trabajadores extranjeros no vienen a quitarnos nada, sino al contrario.

4. Proporcionalmente, cuanto más se gana, menos impuestos se pagan. Ésa es la realidad actual, y no la considero muy positiva. Me parece muy bien que se ayude a la mujer a compatibilizar el trabajo y los hijos, pero sospecho que ése es un tema de campaña, de los que después se quedan en poca cosa. Falta muchísimo para que hombre y mujer se igualen en el mundo laboral.

5. Estoy en contra del acuerdo. No me parece lógico que IU pacte con un partido que quizá tiene ideas de izquierda, pero que no las ha puesto en práctica cuando ha ocupado el Gobierno y ha contado con mayoría absoluta en el Parlamento. Los posibles beneficios electorales del acuerdo constituyen una incógnita: eso sólo se verá después del 12 de marzo.

1. Al acabar la tregua, ya imaginaba que ETA pondría la nota trágica en la campaña. El terrorismo no beneficia a nadie, ni cambia el sentido de ningún voto. Por más que todos nos sintamos solidarios con los socialistas porque el último golpe les ha herido a ellos, cada uno votará lo suyo. ETA no incide en las elecciones, pero falsea la democracia: en el País Vasco no puede haberla mientras se siga matando.2. Creo que unos cuantos grandes empresarios se están haciendo dueños de todo, y tengo la sensación de que nos manipulan.

3. La situación de El Ejido me parece intolerable, antes y ahora. ¿Estarán mejor en esas chabolas prefabricadas? Lo dudo. Habría que ceder terrenos y construir casas normales, como las de cualquier vecino, para los inmigrantes. Y que en ello colaborasen de alguna forma los empresarios, porque son los principales beneficiarios del trabajo de los inmigrantes.

4. A mí me afectan especialmente los impuestos municipales, que son iguales para todos. Y esos no los bajan nunca. Me parece buena idea ayudar a que las mujeres puedan tener hijos y después seguir trabajando; cualquier medida que tienda a la igualdad y a combatir el sexismo es acertada. Lo que tendría que implantarse es una paga para el ama de casa, porque hacemos un trabajo muy duro, en el que no hay ni vacaciones ni días festivos, y nadie nos lo reconoce.

5. El pacto de la izquierda será un fracaso, porque IU es una fuerza quemada, en declive. Los socialistas se han equivocado.

1. Los atentados no beneficiarán la propuesta abstencionista de Herri Batasuna. Causan dolor, pero no miedo. Si tienen alguna incidencia, será favorable a los partidos democráticos.2. Las grandes fusiones me parecen negativas, porque crean fuerzas monopolísticas que rompen la economía de mercado. Tal vez esos grupos sean más competitivos mundialmente y ganen mucho dinero en los próximos años, pero a nosotros nos empobrecen: tenemos menos elección. Eso es especialmente grave cuando afectan a la pluralidad de los medios de comunicación.

3. En todas partes, en todos los colectivos, hay un sustrato racista. Para evitar que salga a la superficie deben evitarse las injusticias y las situaciones indignas. Los emigrantes, si son legales, deben contar con los medios necesarios para vivir con dignidad. Pero sin que la gente del país se sienta tampoco discriminada.

4. Cuando los impuestos se reducen por un lado, aumentan por otro, porque es difícil reducir el gasto y hay que cuadrar el presupuesto. La tendencia, ahora, es que paguemos más impuestos indirectos: no hay más que ver la gasolina o el tabaco.

5. No veo viable a medio plazo un pacto entre PSOE e IU, porque son partidos muy distintos. Los militantes de IU llevan mucho tiempo identificando a los socialistas con "la derecha", y eso tardará en cambiar. Dudo que el acuerdo tenga efectos movilizadores entre los abstencionistas, e incluso puede llevar a la abstención a algunos votantes radicales de IU.