Vinaròs se pone las máscaras
Vinaròs cuenta desde hace dos semanas con un cartel en su entrada que advierte al visitante de que la ciudad está inmersa en los preparativos de una fiesta muy especial. El dibujo de unas máscaras adorna este cartel que indica que hoy comienzan los carnavales más importantes de la Comunidad Valenciana. Pero son muchas más de dos las semanas que llevan los vecinos de Vinaròs preparando unos actos en los que la diversión, la música y la orgía de colores son algunas de las características que resumen la tónica que se vivirá durante los próximos diez días, hasta el 6 de marzo. Una localidad de 23.000 habitantes se vuelca para recibir con los brazos abiertos a varios miles de visitantes más; se calcula que sólo el primer fin de semana de marzo, en que los carnavales alcanzarán su cénit y pondrán su broche de oro, visitarán Vinaròs más de 200.000 personas.El pistoletazo de salida se dará esta noche con la inauguración del recinto festivo. Acto seguido, se disparará un castillo de fuegos artificiales, y a la una de la madrugada se entregarán los estandartes a las 33 comparsas que animan la fiesta este año. A lo largo de este fin de semana, la plaza de toros de la ciudad será el escenario principal, con la presentación de las reinas, y la charlotada, en la que los comparseros disfrazados torearán unas vaquillas. En los días posteriores habrá verbenas, concursos de tortillas, batallas de harina, preparación de una fideuà para 2.500 personas, un campeonato de futbolín humano, la fiesta del pijama, y, como actos culminantes, los últimos tres días, los desfiles, el juicio a Su Majestad Carnestoltes, el entierro de la sardina, y la cremà de Carnestoltes, que pondrá el fin a la fiesta.
La Comisión Organizadora del Carnaval de Vinaròs (COC) se encarga de que todo salga a la perfección. Su presidente, Bartolomé Bueno, asegura que los carnavales mueven este año un presupuesto de 120 millones de pesetas, "en los que se incluye la confección de los trajes y las carrozas de las comparsas para sus desfiles".
Un singular revuelo ha causado el anuncio de la fiesta del pijama para el 2 de marzo. Una idea promovida por la asociación de pubs de Vinaròs, que este año se ha involucrado por primera vez en la organización del carnaval. Al principio se lanzó la idea de que la noche de ese jueves se invitaría a una copa a todos los que fueran en pijama, pero la iniciativa ha ido más allá: quieren que todos los vecinos de Vinaròs acudan a trabajar ese día en pijama, desde los comerciantes hasta el alcalde y los concejales. "Sería muy bonito para la fiesta que los ediles se animaran y fueran al trabajo en pijama", señala el presidente de los pubs, Rafael Miralles. "Porque aquí de lo que se trata es de dar color y ambiente a la fiesta". Lo que resulta evidente es que en Vinaròs existe la conciencia general de que cada edición del carnaval tiene que ser mejor que la anterior. Una sensación inserta en las gentes de Vinaròs desde que se recuperara la fiesta en 1982 tras su prohibición durante el franquismo. Porque los carnavales tienen un profundo arraigo en Vinaròs. De hecho, se conserva en el archivo municipal un documento de 1871 que ya recoge la celebración de un baile de máscaras en el que se recaudaron 50 reales que se donaron a la beneficencia. La fiesta fue evolucionando en un proceso que truncó la guerra civil.
Tras la prohibición decretada en 1939, llegó el momento de la clandestinidad: los vecinos se vestían a escondidas, con atención a la presencia de las autoridades. Y ya fue en 1982 cuando esta espontaneidad eclosionó en la formación de cuatro comparsas, que dieron paso, dos años después, al nacimiento de la COC. Bartolomé Bueno asegura que desde entonces los carnavales en Vinaròs han ido adquiriendo su configuración actual, con los espectaculares desfiles inspirados en las comparsas brasileñas. "Desde entonces sólo hemos experimentado un cierto estancamiento en los años 1992 y 1993", recuerda Bueno, "pero lo superamos con la idea de crear un recinto de fiestas para los comparseros, y desde entonces hasta ahora, jóvenes y mayores han ido formando nuevas comparsas".
La expectación, un año más es formidable. Todas las plazas hoteleras en Vinaròs se encuentran ocupadas desde hace cuatro meses, por lo que se facilitarán autobuses hasta Benicarló y Peñíscola donde aún quedan camas disponibles. "Y no exageramos si decimos que desde el día en que acaban los carnavales ya hay gente que reserva habitación para el próximo año", tal y como afirma Bueno con orgullo.
Unas fiestas, en definitiva, que llevan la impronta de la experiencia y de la ilusión de los vinarocenses. Una ilusión que transmiten a todos los que se quieran desplazar estos días a Vinaròs. "Están todos invitados, queremos que todo el mundo nos conozca, tanto nuestra fiesta, como nuestra ciudad", es el mensaje que transmite el concejal de Fiestas, José Ramón Tárrega.
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