Un policía de Málaga, imputado por homicidio imprudente

Un tiro "en la nuca y muy centrado" acabó con la vida de José Antonio Leiva el pasado 15 de febrero tras un forcejeo con un policía nacional en una barriada malagueña, según fuentes cercanas al caso. El agente ha sido imputado por un juez de Málaga de un supuesto delito de homicidio imprudente. El incidente ocurrió cuando el agente, un policía de proximidad que patrullaba por la barriada Los Prados, observó, según su propia versión, a alguien en el interior de un coche supuestamente robado. Cuando el agente tras identificar al sospechoso, el policía intentó esposarle, éste comenzó a forcejear. La policía le considera "un delincuente habitual" y había sido detenido en otras ocasiones. Según la versión policial, el agente sacó el arma para golpear al sospechoso pero, tras asestarle dos golpes, la pistola se disparó y José Antonio Leiva Guillén resultó muerto.

La investigación policial ha sido calificada por fuentes conocedoras del caso como "tendenciosa" por tratar el asunto "más como un hurto que como un homicidio". Según estas mismas fuentes, el policía se marchó del lugar del suceso inmediatamente, sin esperar a la autoridad judicial ni a los servicios médicos, a pesar de que, aparentemente, había sido herido. El juez instructor ha encargado la investigación a la Guardia Civil.

El policía, que no acudió a declarar al juzgado hasta pasados varios días, ha declarado que, por las características de su trabajo, siempre llevaba su pistola montada, con el seguro en posición intermedia. También declaró que, durante el forcejeo, su dedo índice nunca estuvo junto al gatillo. La Subdelegación del Gobierno se negó a comentar la imputación "porque el caso está bajo secreto sumarial". Este diario, sin embargo, comprobó que no existe tal secreto.